Opinión

El doble filo de las posturas de Morena-Colima

PARACAÍDAS

Rogelio Guedea

La que sucedió en la pasada lucha de aprobación o no aprobación del crédito por más de 700 millones solicitado por el gobierno de Estado ha demostrado claramente el fracaso del liderazgo con el que empezó Morena a gobernar en el Congreso, cuyo responsable directo lo fue el diputado Vladimir Parra Barragán, quien ha demostrado carencia total de madurez y oficio político.

Poco a poco, su afán protagónico y su ambición personal fueron replegando al grupo morenista hasta convertirse en apenas una trinchera de cinco o seis diputados, los mismos que ahora hemos visto patalear en contra de la aprobación del crédito, el cual tuvo a su favor a una mayoría de diputados, ni más ni menos que quince. Se le quiera aceptar o no, y se anteponga cualquier pretexto, el liderazgo de Parra Barragán en el Congreso ha sido pernicioso y destructivo para esta fracción de legisladores y, en lo general, para todo Morena, pues inexperto legislador ha tenido éxito en dividir en lugar de congregar, de violentar en lugar de pacificar, de controvertir en lugar de llegar a reales acuerdos y compromisos en favor de la ciudadanía. Más allá de los rumores y de las noticias que han ligado a este legislador con el crimen organizado (asunto que yo no toco por no tener sustento para emitir un juicio objetivo), lo real y palpable es que la Morena fuerte y mayoritaria que empezó esta legislatura local fue dilapidada por completo y hasta desacreditada  y uno de los responsables de ello es el propio diputado Vladimir Parra, lo que quedó demostrado en la pasada lucha por la aprobación del crédito, que el pequeño puñado de legisladores morenistas perdieron.

Si Vladimir Parra hubiera hecho un trabajo maduro y de gran oficio político, un tejido fino que urdiera la columna vertebral de la legislatura, no hubiera habido ninguna necesidad de patalear frente a la policía ni de representar ese vergonzoso circo el día de la sesión ordinaria donde se aprobó el crédito. Pero no lo hizo así, sino todo lo contrario. Ahora lo delicado es que, por culpa del mal trabajo del legislador Parra Barragán y de su pequeño grupo de diputados aliados y los porros que lo acompañan, han tenido que entrarle al quite del crédito otros morenistas, como la propia senadora Gricelda Valencia de la Mora o las diputadas Rosi Bayardo y Claudia Yáñez Centeno, quienes, sin ninguna necesidad, están caminando por el doble filo de la navaja, pues si bien por un lado están oponiéndose a la adquisición del crédito, por otro están haciéndole el caldo gordo al diputado Parra Barragán, ponderando en él como bueno y plausible su pésimo actuar legislativo. Quien se ha sostenido en una postura firme con respecto al actuar de Parra Barragán ha sido el presidente estatal de Morena, Sergio Jiménez Bojado, quien acusó debidamente falta de oficio político en el mencionado legislador.

Hay, pues, sí, que de alguna forma amonestar a los legisladores morenistas que pudieron haberse salido de la línea del partido en cuanto al tema del crédito (como fue el caso de Julio Anguiano o Memo Toscano, hoy ya diputado independiente ya), pero también habría que hacer algo en contra del diputado Parra Barragán, que no menos ha manchado los ideales de Morena en nuestra entidad, con consecuencias que en las próximas elecciones resultarán lamentables tanto para el proyecto morenista en la localidad como para todos sus simpatizantes.

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