Opinión

AMLO. Lacayo de Trump

Carlos Ramiro Vargas

Cuando AMLO, presidente de México, visitó los Estados Unidos el 8 y 9 de julio pasado, uno podría haber pensado que tanta zalamería de López Obrador hacia el peor presidente que ha tenido el vecino país del norte, era una concesión táctica de la 4T debido a la fragilidad de la economía azteca y a las negociaciones en boga del TMEC (antes TLC) frente a un Donald Trump, que antes de esta campaña electoral 2020 en la que fue derrotado, nunca paró de atacar a la población mexicana denigrándola a más no poder.

Pero el hecho de que ya contadas la mayoría de las casi 150 millones de papeletas electorales en las que Biden aventaja por más de 4 millones de votos a Trump, -lo que ha bastado para que los principales líderes del mundo reconozcan al nuevo presidente de la Unión Americana y demócrata-, el presidente AMLO se niegue a reconocer el triunfo de Joe Biden, coloca a su liderazgo, del que se esperaba mucho más ante las convulsiones sociales sudamericanas que anuncian un nuevo porvenir para sus pueblos, como un presidente mexicano lacayo del neo fascista Donald Trump.

En ese entorno, AMLO da alas a Trump para que continué con sus alegatos judiciales para invalidar la elección presidencial, y la victoria indiscutible legal y legítima tanto ante la población como ante el Colegio Electoral, del candidato republicano que durante toda su campaña habló de proteger y reconocer los derechos de los migrantes mexicanos y latinos, incluidos los dreamers.

En los hechos, entonces, tenemos a un presidente mexicano al nivel de Bolsonaro en Brasil, quien abiertamente ha apoyado a Trump en toda su campaña reciente. Y se enorgullece de ser de extrema derecha pro militarista. Y si ya en aquella visita a los Estados Unidos en que AMLO habló de que Donald Trump era todo un amigo de México, y que siempre se había expresado con respeto hacia los mexicanos, – con todo y su obcecada construcción del Muro Fronterizo-,  López Obrador en los hechos, daba la espalda a los 45 millones de mexicanos nacidos y emigrados en los Estados Unidos, y no los 23 como sostiene el ignorante de Marcelo Ebrard, flamante secretario de relaciones exteriores mexicano.

La posición de Andrés Manuel, presidente, es un equívoco histórico mayúsculo, que traerá además,  consecuencias del lado del vencedor partido demócrata en los Estados Unidos hacia México, y hacia AMLO en particular. Quien ya había causado irritación en Joe Biden y el primer círculo demócrata al hablar excelencias de Trump, durante su visita mencionada a los Estados Unidos, mostrándolo como amigo de México.

Con lo que en los hechos AMLO y Morena se declaraban por la vía de los hechos como aliados del enemigo total de México, Donald Trump* y su cada vez más racista partido republicano. Dándole la espalda a los millones de migrantes mexicanos que nunca recibieron durante la primera campaña y durante el gobierno 2016/2020, de Donald Trump, el más mínimo apoyo político real por parte de AMLO y su canciller Marcelo Ebrard, no obstante el mal trato y el racismo con el que la tiranía trumpiana ha venido tratando a los heroicos migrantes mexicanos. Y no obstante la generosidad de nuestros migrantes para, en plena Pandemia, incrementar como nunca sus envíos de remesas, llegando en lo que va del año, a un poco más de 40 mil millones de dólares, algo nunca visto en nuestra historia económica reciente.

AMLO, al no reconocer el triunfo de Biden en la disputa por la presidencia norteamericana, aduciendo que aún no acaban los alegatos judiciales republicanos, también da muestras de su enorme miopía histórica y política, dando de nuevo prioridad a sus alianzas en este caso con Trump, como en plena pandemia del Covid 19, ha dado prioridad a sus proyectos como la refinería de dos Bocas o el mal llamado tren maya, dejando de lado el destino de la mayoría de los mexicanos que no han recibido el más elemental apoyo en medio del Covid. Máxime que Biden ha venido tendiendo la mano a los migrantes latinos, duramente afectados por las agresivas y racistas políticas antiinmigrantes, trumpianas.

La victoria de Biden ofrece la posibilidad de dignificar a la política exterior mexicana, que en el aspecto migratorio se ha convertido en cobarde ejecutora de la represión trumpista contra los migrantes centroamericanos, vía la Guardia Nacional.  Cuando sobran argumentos para defender a los migrantes centroamericanos frente a la barbarie republicana y  trumpista, y su derecho a buscar una vida mejor y la posibilidad llana y simple de sobrevivencia en los Estados Unidos.

La posición de López Obrador al no reconocer la victoria de Biden en las elecciones estadounidenses, es una vergüenza histórica para México a  nivel internacional. Y debe ser cuestionada en toda forma por las principales fuerzas patrióticas y los más capaces líderes de nuestra nación.

Carlos Ramiro Vargas. 9 de Noviembre, 2020.  Stockholm, Sweden.

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