Opinión

Las Mentiras Criminales de Indira Vizcaíno.

Carlos Ramiro Vargas

Durante el último evento oficial, celebrado este 20 de febrero, denominado “Diálogos para la Transformación”, que no son ni diálogos reales y mucho menos sirven para transformar el siniestro estado de cosas que padecemos los colimenses, la flamante “gobernadora” del estado, Indira Vizcaíno, se atrevió a afirmar del modo más cínico del mundo que la cauda de delitos suscitados en Colima, estado, van disminuyendo respecto a los años previos, 2021 y 022; además de que ella todos los días se reúne muy temprano con los indolentes miembros de su comité de seguridad, por lo que de ninguna manera se está bajando la guardia en la procuración de seguridad, para nuestra agobiada población.

Luego entonces agradece el apoyo que le brinda el gobierno federal, en esta materia, lo que implica la existencia de miles de soldados del Ejército Mexicano, la Marina Armada y de la Guardia Nacional, en nuestro estado.

Que más allá de patrullar, poner retenes y recoger las pilas de cadáveres que todos los días se desparraman por nuestra entidad, no han hecho nada significativo para detener el Genocidio por Omisión y la expansión del mortífero poder de los cárteles de  que desde el sexenio del ex gobernador priísta, Ignacio Peralta, han sido una constante antropológica y social en este aciago estado, en un proceso de incremento geométrico hasta nuestros días.

La violencia entonces, según comenta la gobernadora, morenista, Indira Vizcaíno, “es multifactorial”, lo curioso es que dentro de esos factores que no nos dicen nada, y que tampoco incluye la Vizcaíno, resalta y con mucho, la enorme indolencia con la que las autoridades políticas de los tres órdenes de gobierno, han tratado el grave problema de la delincuencia y la criminalidad.

Y por poner poner un ejemplo, el crecimiento y consolidación de grupos criminales locales, hoy hegemónicos en la zona metropolitana de Colima/Villa de Álvarez y Comala, como el de los Mezcales, fue posible gracias a la complicidad omisa o manifesta, de los presidentes municipales paanistas y priístas, que sucesivamente han administrado tales demarcaciones; entre los que destacan los panistas Héctor Inzúa y Leoncio Morán, en Colima, capital.

Así como el ex gobernador Ignacio Peralta Sánchez, de extracción priísta y radicalmente neoliberal, que co/existió sin ningún problema con los cárteles de Jalisco Nueva Generación y el de Sinaloa. Cuando del 2015 al 2021, los Mezcales eran parte del CJNG.

Hasta su rompimiento con los “jaliscos” en enero del 2022.

Lo curioso es que la hoy Gobernadora, Indira Vizcaíno, fue parte del más nefasto gobierno estatal que han sufrido los colimenses, precisamente en el gobierno pri/peraltista, en su calidad de -secretaria de desarrollo social-; por lo cual, es imposible que no se diera cuenta del poder cada vez mayor que los grupos criminales estaban adquiriendo, día con día, ante la pasividad y omisión del gabinete encabezado por Ignacio Peralta, hoy distinguido priísta en el equipo nacional de Alito Moreno.

Lo peor de todo es que la posteriormente Coordinadora de los programas sociales del gobierno federal, adscrita al estado de Colima, Indira Vizcaíno 2018/020, le decía al presidente AMLO, que todo iba bien en materia de seguridad en nuestra entidad.

Sin reconocer jamás que los cuatro mil ejecutados, los mil, 500 desaparecidos, los más de mil feminicidios y los cientos de fosas comunes, que distinguieron al gobierno de Ignacio Peralta, configuran un estado de Genocidio sustentado en crímenes masivos de lesa humanidad, con un componente jurídico cercano al 99 por ciento de impunidad.

Genocidio continuado hasta nuestros días con un gobierno estatal que se presume de la cuarta transformación.

Nada ha hecho la gobernadora, Indira Vizcaíno, que valga la pena en materia de seguridad, y mucho menos en la urgente reforma y saneamiento de los ministerios públicos y entramados de jueces corruptos, promotores de la delincuencia de toda laya y la criminalidad.

La situación es tan grave, que el 2022 el estado de Colima, tuvo 988 asesinatos dolosos, fuera de toda proporción para la poca demografía  y limitada extensión territorial colimense.

Año que se considera el más violento en toda la historia moderna del estado, desde la guerra cristera, 1926/29.

Y nada más en lo que va del 2023, ya estamos superando los cien asesinatos dolosos, cometidos en el estado, entre los que se incluyen la directora dedicada a la persecución de secuestradores, y un comandante de la policía estatal, qepd.

Por si fuera poco, mientras la política de comunicación oficial de Indira, gobernadora, se sigue apoyando en una política de mentiras atroces, que ponen en riesgo a la vida de miles de colimenses, la prestigiada revista internacional, Forbes, basada en el trabajo hecho por la ONG, mexicana, denominada Seguridad, Justicia y Paz, hizo del conocimiento público mundial, que el área metropolitana de Colima, Villa de Álvarez y Comala, -que incluye a dos alcaldes priístas y a un panista-, es la zona urbana más peligrosa del mundo, con un índice de 182 ejecutados a mano armada, por cada cien mil habitantes.

Nada más esta información corrobora la fallida estrategia de seguridad, llevada a cabo por el gabinete de Indira Vizcaíno, que no hace otra cosa más que replicar la supuesta estrategia del gobierno federal al respecto, no obstante que la Indira asegura que en su gobierno ha habido más detenciones de delincuentes y decomiso de armas y droga.

Lo cual, evidentemente es una criminal mentira.

En medio del estado de violencia generalizada existente a los largo y ancho de Colima.

Ante semejante estado de cosas, de nada sirven su coordinador de comunicación social, un tan Ángel Vargas, -egresado del grupo radio Levy-, sus asesores al estilo de Alejandro Carvajal Berber y su achichincle panista, corrupto y vergonzante, Ricardo Sánchez Arreguín, -con un salario de 70 mil pesos mensuales-, que se dedican a des/informar  todos los días a través de la inmensa mayoría de vendidos y paleros medios de difusión locales, a una población que ya no les cree que vivimos en un Colima idílico cercano al paraíso terrenal, libre también de extorsiones y secuestros, según nos cuenta Indira, gobernadora, y su  de pacotilla gabinete de seguridad.

En una atmósfera en la que los abusos de las policías estatales y municipales, así como de elementos de la Guardia Nacional y el Ejército,  en contra de la población, con el pretexto de perseguir a los delincuentes se va volviendo una constante en medio de esta agobiante situación.

Carlos Ramiro Vargas. Todos los Derechos Reservados.

Stockholm. Sweden. 24 de febrero, 2023.

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