Opinión

Perfiles políticos: Rubén Pérez Anguiano 

PARACAÍDAS

Rogelio Guedea

El otro día estaba hablando con un amigo que me advirtió sobre algo que tenía frente a mis narices y no había caído en cuenta, estando él en todo lo cierto. Cuando hablábamos de los posibles cuadros a competir en las próximas elecciones, aludió a Rubén Pérez Anguiano, actual secretario de gobierno, como uno de esos perfiles fuertes de la política local, nada más que medio invisibilizado. Le di la razón, sin remilgos. Y en mi fuero interno, que es todavía más importante, también lo consentí.

Pérez Anguiano ha tenido una trayectoria política plausible aunque la fortuna, sobre todo cuando se ha tratado de cargos de elección popular, no le ha sonreído como se debiera, por esa suerte de que, en la mayoría de las ocasiones, el electorado suele comprar gatos por liebres. Aún así, esto no impide reconocer en Pérez Anguiano a un verdadero hombre de estado.

Aparte de haber sido un orador reconocido estatal y nacionalmente, con premios en el ámbito en tiempos en que los premios no eran moneda corriente (como ahora que su indiscriminada entrega les han quitado todo mérito), Pérez Anguiano ha sido regidor, diputado federal suplente, ha sido un incansable promotor de la cultura durante su paso como secretario de este ramo en las administraciones de Silverio Cavazos y Mario Anguiano, ha sido secretario de desarrollo social por un breve lapso y ahora es secretario de gobierno en esta administración nachoperaltista, de la que fue también coordinador de asesores, destacando en todo ello como un hombre con una capacidad política de concertación e interlocución impecable, nunca generando polémicas ni escándalos de ningún tipo.

Esto se debe, pocos lo han ponderado, a que es un hombre genuinamente culto (no de esos que andan con el libro bajo el sobaco sin haber nunca leído una de sus páginas), pero también es afable, discreto, de trato fácil y franco, un hombre sin las entrañas retorcidas, alguien que realmente ama su comunidad y que sabe, sobre todo, que es mejor ser una buena persona que un político sagaz, y eso lo que lo convierte, paradójicamente, en buen político.

En suma: es un hombre en quien puedes confiar. Pese a todo esto, nadie en el PRI, por ejemplo, lo ha mencionado para abanderar alguna candidatura para las próximas elecciones, ni para una causa de similar envergadura, siendo que Pérez Anguiano podría ser un buen presidente municipal, no dudo que un excelente diputado local o federal, e incluso un buen dirigente de partido, si el relevo así lo requiriera.

Y es que en política se necesitan hombres con una visión no sólo pragmática de las cosas y los aconteceres, sino, también, con una predisposición moral de servicio, la única con la cual se pueden construir realmente un porvenir. La alianza priista, panista, perredista tendrá una gran tarea para elegir a los mejores perfiles para su próxima contienda electoral, ahora que quieren reivindicarse y poner en su lugar a la ola morenista, la cual  (así lo dicen) está destruyendo el país. Ojalá no se olviden de Pérez Anguiano, quien seguramente no les quedará a deber.

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