Opinión

Senadora Gricelda Valencia vs diputado Vladimir Parra 

PARACAÍDAS

Rogelio Guedea

Con la obtención de la candidatura a la gubernatura de Indira Vizcaíno por Morena, el diputado Vladimir Parra se siente con el futuro asegurado, aunque su juventud le impida ver que lo menos seguro que tenemos los hombres en esta vida es el futuro. Por eso anda, altanero y soez,  despotricando contra todos y contra todo, incluidos a miembros distinguidos de Morena. No hace mucho le tocaron los escupitajos a la senadora morenista Gricelda Valencia de la Mora, a quien el diputado Vladimir Parra Barragán la acusó indirectamente de corrupción. No supo lo que hizo.

En poco tiempo, la senadora Gricelda Valencia, quien pese a toda la opacidad del proceso de definición de la candidatura morenista a la gubernatura permaneció prudente e institucional, no toleró las alusiones de Parra Barragán y le dedicó una misiva de poco más de 250 palabras en su página personal de Facebook en la que lo pone, literalmente, como palo de gallinero. En ella no sólo revierte los dichos que el diputado Parra Barragán, rostro caricaturesco de Morena, le había proferido, sino que además pasó a definirlo sin cortapisas: le llamó hombre y político de pocas palabras, lo acusó de mentiroso (por prometer bajarse el suelo y no hacerlo), de ladrón (quizá por todas las opacidades financieras de las cuales fue responsable en el Congreso y en el programa de “Jóvenes construyendo el futuro”, del que lo acusó su propio compañero legislador César Farías), y de traidor por haber hecho todo lo contrario a los principios que rigen la moral morenista.

Le dijo la senadora Gricelda: “si él prometió bajarse el sueldo y los demás diputados no lo aceptaron, él por congruencia política o por honestidad debió bajarse el sueldo, independientemente si los demás lo aceptaron o no, nuestra palabra es la que cuenta ante una sociedad y si no pensaba hacerlo, simplemente no lo hubiera prometido y nadie le estaría cuestionando nada”. La senadora terminó su carta aconsejándole a Vladimir Parra que hiciera una política basada en principios y valores.

El diputado Vladimir Parra ya no tuvo más palabras para revirar la contundencia de los argumentos de la senadora Valencia de la Mora, quien, tal vez sin proponérselo, terminó definiendo como deshonesta a esa corriente encabezada por Indira Vizcaíno que no parece haber logrado conciliar a todos los morenistas de la entidad, sino que más bien creó, con su llegada, un recrudecido divisionismo entre sus filas.

El diputado Parra Barragán, por su parte, se ha inscrito para competir por la diputación federal, lo único malo es que al parecer se enfrentará con el aguerrido Jorge Luis Preciado, a quien saliva le sobra para comerse una bolsa llenita de pinole. El futuro, como decía al principio, es algo del que nadie debemos engreírnos, sino verlo con respeto y con humildad. Porque, como se sabe, nadie lo tiene comprado. Lo único comprado, finalmente, es el boleto para unas próximas elecciones que se esperan encarnizadas y de las cuales saldrán indemnes aquellos que, en los hechos, hayan realmente cumplido las expectativas de la sociedad. 

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