Opinión

De la contramarcha amloísta/morenista.

Carlos Ramiro Vargas

La contra/marcha morenista del 27 de noviembre que congregó en la capital de la República a un millón de acarreados en su gran mayoría, -millón y medio dicen algunos-, ha sido la movilización oficial de Estado bajo hegemonía morenista, más costoso en la historia política nacional.

Su primer objetivo fue contra/restar la importancia de la marcha totalmente ciudadana en defensa del INE, celebrada el 13 de noviembre, y que unificó bajo dicha bandera, tanto en la capital del país, como en 50 ciudades mexicanas, a cerca de millón y medio de ciudadanos, que por su propio pie y sufragando sus gastos, manifestaron de cara al sol, su absoluto desacuerdo a la reforma totalitaria con la que López Obrador presidente, pretende apropiarse del Instituto Nacional Electoral, INE, eliminando su autonomía orgánica y con ello, facilitar los triunfos electorales de Morena partido y sobre todo, el proceso en el que se jugará la presidencia de México, en el año 2024.

Dicha contra/marcha, ejemplo de las marchas oficiales y de Estado al estilo de lo peor del viejo PRI, y a las que alguna vez cuestionó López Obrador, no logró superar en número a la manifestación ciudadana del 13 de noviembre, que tampoco fue dirigida por ningún partido, antes por el contario, pues partidos como el PAN, PRD, o PRI, tuvieron que adherirse a esta magna movilización ciudadana so pena de ser severamente castigados, en las próximas elecciones locales y federales, como la estratégica del estado de México o la presidencial.

El segundo objetivo de esta marcha de obligados y acarreados, -sin desconocer que un determinado porcentaje de los participantes sí apoya a López Obrador, por su propia voluntad-, fue el de iniciar precisamente la competencia por el 2024, con una adelantada erróneamente sucesión presidencial, y con ello, apuntalar la candidatura de Claudia Scheinbaum, la gobernante de la Cuidad de México y favorita del Tlatoani mayor.

La misma Scheinbaum que perdió en las pasadas elecciones locales, la mayor parte de las más relevantes delegaciones de la CDMX, hoy en manos de la oposición y principalmente del PAN.

Y con un ego de dictador en ciernes, la marcha de los acarreados del 27 de noviembre, 2022, desplegó toda una escenografía para la auto/contemplación del herido narciso, López Obrador.

Y aunque se presente como el logro de toda una logística del entusiasmo morenista, el acarreo obligado de la mayoría de los marchantes, fue cínico y desproporcionado.

Y en el colmo de la ignominia no faltó el pase de lista, para las legiones de aborregados manifestantes.

Una de las consecuencias implícitas de esta contra/marcha reaccionaria, que nada tiene que ver con los ideales de una izquierda socialista, libertaria y democrática, será la de concentrar aún más el poder político en el aspirante a tirano, y actual presidente de México.

No se repararon en onerosos costos, pues sólo el costo global de los acarreados, calculado magistralmente por el periodista de análisis, Darío Celis, equivale a 750, millones de pesos, mdp. Desviados de sus actividades substantivas por gobernadores peleles del poder central, como Indira Vizcaíno, de Colima, alcaldes, y funcionarios morenos y sindicatos afines a la llamada, “cuarta transformación”.

Pues a cada acarreado se le tuvo que pagar entre 500 y mil pesos en promedio.

Los gastos en transporte de los 700 mil movilizados provenientes de diferentes estados gobernador por Morena, más los 300 mil de la CDMX y el estado de México colindante, implican 420 millones. Por los 17 mil, 500 autobuses utilizados.

El hospedaje de los acarreados de los estados, significó un costo de 175 millones más.

La alimentación, otros 420 mdp.

Por la parafernalia utilizada, como camisetas, gorras, y demás, 30 mdp.

En total, hablamos de casi dos mil, millones de pesos, invertidos en una contra/marcha sustentada y orientada hacia el clientelismo electorero morenista, convertido en un acto de masas mayúsculo, inducido y organizado desde la cúpula del poder, del Estado.

Como serán las próximas elecciones incluida la presidencial del 2024. Elecciones de Estado. Al peor estilo de lo peor del PRI.

Y allí, en el templete central, donde López Obrador se siente a sus anchas, rodeado de su pueblo “bueno”, que en nada cuestiona sus graves errores y su intolerancia hacia las críticas democráticas sustentadas, el máximo Tlatoani presidencial plasmó la doctrina fundamental de la Cuarta Transformación, a la que le denominó como “humanismo a la mexicana”.

Todo un contrasentido, pues el humanismo filosófico y político como tal, heredero del Renacimiento europeo es de carácter universal, y no capricho y retórica producto de un nacionalismo trasnochado.

Carlos Ramiro Vargas. Todos los Derechos Reservados.

Stockholm, Sweden, a 30 de noviembre, 2022.

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