Tras la ventana
Luis Tadeo
El deseo de Ángel Salvador se concretó este martes al convertir su cuerpo de 41 años en una fuente de sanación para muchos hombres y mujeres que requerían urgentemente un órgano para salvar sus funciones físicas y por ende, sus vidas, se calcula por parte de los médicos que serán más de 150 en total.
Las palabras anteriores podrían parecer exageradas, pero no, es la realidad, Ángel Salvador Flores Paredes, un trabajador de la construcción, pidió en su momento a su familia que al morir, se donaran todos sus órganos en ayuda de algunos de los millones de pacientes que sobreviven en la larga lista de espera.
¿Por qué lo quiso así? porque a él le sobrevive un familiar político que requiere ser traspalantado, sin embargo no hubo beneficio. Evangelina, una de los 5 hermanos de Ángel voló a Guadalajara junto con el cuerpo que fue trasladado en helicóptero (ambulancia aérea) del Gobierno del Estado de Jalisco, en los últimos minutos de este lunes, inicio de la Pascua. Este martes hasta la noche continúaba el donante en el quirófano, en la extracción de sus órganos, piel, tejidos y huesos.
La voluntad de hacer el bien de este hombre, se cumplió. En verdad, hay hechos que nos marcan, y este es uno de ellos, lo confieso aquí, lloré al saber que se realizaba este gran acto de amor hacia los demás, una muestra de humanidad que quizás tenga un mensaje implícito al realizarse en estas fechas.
El domingo, cuando el catolicísmo celebraba la fiesta de la Resurrección, se fue la vida (y la función cerebral) de Angel Salvador, sabedor él que estaría por dar mejor vida a muchos.
Fue una gran lección, máxime por las complicaciones económicas que estuvieron a punto de evitar la donación, puesto que la familia no contaba con el dinero para regresar al cuerpo a Colima tras ser llevado al Centro Médico de Occidente del IMSS. Finalmente, sí pudo lograrse.
Desde este jueves los restos de Ángel Salvador descansan ya en su Villa de Álvarez.
Comment here