PARACAÍDAS
Rogelio Guedea
Aquellos estudiantes simpatizantes del Colectivo de Resistencia Estudiantil (CORE) que todavía tenían alguna duda de que detrás de este movimiento estuviera el diputado Vladimir Parra, hoy seguramente corroboraron que lamentablemente estábamos en lo cierto todos aquellos que así lo afirmamos desde un principio.
En los últimos días he recibido una cantidad enorme de insultos y de amenazas por parte de miembros de este Colectivo y de sus simpatizantes (genuinos o no) por haber expresado con indignación que el Colectivo se hubiera dejado contaminar e incluso manipular e impulsar por el diputado Vladimir Parra Barragán, ahora ya identificado como un enemigo abierto de nuestra máxima casa de estudios, pero la obra de teatro que se montó el día de hoy en el Congreso no ha hecho sino confirmar los intereses que subyacen detrás de las protestas (cada vez más endebles) de este Colectivo y de las cuales participa el diputado Parra Barragán y algunos otros legisladores de su grupo, que lo secundan.
No creo que todo el Colectivo esté de acuerdo con esto, ni siquiera que los simpatizantes lo sepan, pero sí tengo la certeza de que hay algunos miembros de ese Colectivo que no quieren compartir esa verdad al resto de sus simpatizantes pues con ello terminarían de perder la poca credibilidad que ya sustenta a este Colectivo. Lo que sucedió hoy fue digno de verse: unos cuantos jóvenes pertenecientes al Colectivo (no más de veinte) recurrieron al Congreso local para solicitar el apoyo de los legisladores para su causa y quien justamente salió a recibirlos fue el diputado Vladimir Parra.
Tal como se monta una pequeña obra de teatro, el diputado Vladimir Parra parecía que ya los estaba esperando y luego de escuchar hablar a uno de los identificados con él, fue condescendiente en recibirles el oficio petitorio que llevaban los estudiantes y hasta los hizo pasar para que los demás legisladores se los firmaran de recibido. Ahí mismo, y con ese simple acto que desvela la inocultable verdad que subyace debajo de este movimiento, el Colectivo le entregó prácticamente al diputado Parra Barragán la autorización para que, desde el Congreso, pudiera continuar con los ataques a la Universidad de Colima como lo ha venido haciendo desde que orquestó también lo de la reforma a la Ley Orgánica universitaria, la cual por fortuna no pudo hacer cristalizar ya que, como en esta ocasión, estaba violentando la autonomía de esta casa de estudios.
Es importante, pues, que todos aquellos estudiantes que creyeron que el Colectivo era un movimiento genuino y que buscaba un fin común, con lo sucedido este día se darán cuenta de que no es así, y de que los problemas que pudieran tener con respecto a su situación académica universitaria no ameritaban más que acercarse a las autoridades de la institución (siempre receptiva como se dijo en el comunicado reciente) para solucionarla, pues desde que empezó la pandemia nuestra máxima casa de estudios y todos los profesores que formamos parte de ella hemos hecho un esfuerzo extraordinario para atender las necesidades de los estudiantes, buscando siempre la mejor forma para poder apoyarlos.
Por eso, yo le pido al diputado Parra Barragán que detenga ya su perniciosa avanzada de daños a nuestra máxima casa de estudios porque lo único que está ocasionando es perjudicar a muchos estudiantes que, sin razón que valga la pena, pueden hasta perder sus propios estudios, mientras que él no hará sino limpiarse las manos y buscar a otros que sigan secundando sus aviesas intenciones en contra de nuestra institución educativa.
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