Opinión

¿QUÉ PASÓ EN LOS PINOS?

VISLUMBRES

Abelardo Ahumada

Desde hace doce días, cuando comenzaron a circular las primeras fotos que los primeros visitantes tomaron en los diversos espacios de la ex residencia oficial de Los Pinos, se pudo observar que algunas paredes estaban desnudas de cuadros, que las vitrinas sólo mostraban el aire que contenían y que ni libros había en los libreros. ¿Qué pasó con todo lo que evidentemente había estado allí y ya no estaba? ¿Lo pusieron a resguardo mediante un inventario para que no se perdiera nada? ¿Se lo llevaron los camiones de mudanzas que transportaron el menaje de la familia del ex presidente Peña Nieto? ¿Lo birlaron los empleados que iban a quedar desempleados al instalarse el nuevo gobierno?

A mí, por lo pronto, se me hace muy difícil de creer que, pese a las acusaciones de desvíos de fondos que se le puedan presentar en otros sentidos, el presidente Peña haya podido ordenar que cargaran con todas las obras de arte que había expuestas en las oficinas y la casa donde radicó los últimos seis años porque, evidentemente, el pueblo y el gobierno de López Obrador se lo echarían inmediatamente en cara, pero ¿qué pudo ser lo que sucedió entonces?

Hubo otras fotos, tomadas al día siguiente de que se abrieron Los Pinos al público, en las que ya no se vieron, tampoco, las plantas de nochebuena que se habían visto la víspera en algunos de los pasillos de los patios de la residencia, y el reportero, o el visitante que las tomó, simplemente puso debajo un letrerito que decía: “Las nochebuenas cambiaron de casa”. Dando a entender que los visitantes cargaron con ellas. Lo cual sería muy lamentable también, porque estaríamos constatando que algunos de los primeros paisanos que visitaron la presidencial mansión se comportaron también como simples ratas, porque tan rata es un individuo que se lleva una maceta que no es suya, como quien se apropia de una obra de arte que tampoco le pertenecía.

Así, pues, independientemente del costo que cada cuadro, vajilla, mueble, florero, maceta y demás ensenes y “curiosidades” hayan podido tener, ¿quién escamoteó o se robó las cosas que evidentemente faltan en la ex residencia oficial de Los Pinos?

BOCHORNOSO ESPECTÁCULO. – 

Este lunes 10 hubo alguien que, estando incidentalmente colocado tras los enormes ventanales del aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, pudo observar que, de un camión blindado de los que se usan para transportar valores,se estaban pasando numerosas y pesadas bolsas de lona presuntamente cargadas con millones de pesos a un avión privado. Hecho que al principio no le pareció nada raro, sino hasta que observó que lo mismo hacían un segundo y un tercer camión,a los que con disimulo se puso a grabar con la camarita de su teléfono, suponiendo que semejante traslado de recursos pudiese estar vinculado con Manuel Velasco Coello, el gobernador saliente de aquella entidad.

La persona que logró la grabación la “subió” de inmediato a las redes y, al poco rato, hay algunos detalles que indican que se la fueron a mostrar a uno de los abuelos del ex gobernador; quien, al parecer muy consciente de que aquél había cometido algunos latrocinios, no dudó en acusarlo mediante una grabación de voz y en reclamarle hasta con dos sonoras mentadas de madre su muy vergonzosa conducta.

Nos es imposible saber si la voz de ese anciano sea, en efecto, la del abuelo del ex gobernador, pero el video en que se observa el traslado de bienes del camión al avión es perfectamente claro. Y lo menos que le queda hacer al actual gobierno chiapaneco, encabezado por Rutilio Escandón, es averiguar la presunta comisión del delito y su posible culpable.

“EL PALACIO DEL CHAYOTE”. –

Casi en el mismo tenor, Esteban Meneses Torres, ex diputado local del Panal, replicó en su cuenta de Facebook un anuncio de “for sale” (se vende), emitido al parecer por una empresa de bienes raíces acantonada en Texas, y que se firma con el nombre de Houston Asociation of Realtors. Un anuncio que usted y yo, lector, tal vez hubiésemos pasado desapercibido, pero que le fue remitido al ex diputado porque quien lo vio, se dio cabal cuenta que esa gigantesca y lujosa mansión no está ubicada en ninguna ciudad texana, sino en el número 1915 de la calle 27 de Septiembre, en la ciudad de Colima, Col.

Debo suponer que Meneses Torres buscó prontamente el modo de identificar el lugar y que se quedó con el ojo cuadrado al haberse dado cuenta de que la casita tampoco pertenece a ningún magnate estadounidense, sino a un muy conocido empresario periodístico local que responde a los apellidos Sánchez de la Madrid, por lo que decidió republicar dicho anuncio con un comentario hecho de “su puño y letra”, encabezándolo con el subtítulo que lleva este apartado.

El anuncio viene aderezado con una serie de 13 muy buenas fotografías (tomadas algunas desde un dron) que les hubiesen servido a sus posibles compradores (y ahora nos sirven a nosotros) para tomar nota de que la residencia principal y tres ¿chalets? menores abarcan una manzana completamente bardeada, y de que dentro de su recinto hay una bonita alberca, muy bien cuidados jardines, una cochera para varios autos y suntuosos espacios interiores en lo que se exhiben algunas obras de arte de diversos autores y facturas.

Todo ello complementado con unos precisos datos al calce, entre los que se ve que tiene 11 recámaras, 12 baños completos, 19 mil 374 pies cuadrados de construcción y un espacio total equivalente a .86 acres.

La casa, mansión o palacio se ofrece en sólo 2.5 millones de dólares, y frente a eso se pregunta Meneses Torres: “¿De dónde sacaría Héctor [Sánchez de la Madrid] para poder construir y amueblar ésta y todas sus propiedades…?”

OTRO CASO DE TRÁCALAS Y COMPONENDAS. –

El lunes 5 de noviembre pasado, la Cámara de Diputados publicó en el Diario Oficial de la Federaciónun decreto mediante el que se estaría eliminandola indecorosa pensión que hasta la fecha solían recibir todos los ex presidentes de la república, y que regularía los sueldosque a partir del 1° de diciembre comenzarían a recibir los diversos funcionarios públicos.

Al publicarse este decreto se puso en vigor un antiguo artículo de una vieja ley, a la que muchos funcionarios jamás habían querido hacer caso, que iba en el sentido de que ningún funcionario público, fuera del poder que fuera, podría ganar más que el presidente de la república en turno, como por lógica tendría que ser, pero,sin embargo, les cayó muy mal a muchísimos funcionarios porque, según se pudo observar, eran cientos los que se vieron afectados por dicho decreto, que enuna de sus partes dice: “Al momento de la entrada en vigor de la presente ley quedan sin efectos todas las disposiciones contrarias a la misma”.

En repulsa con lo anterior hubo muy prontas reacciones negativas emitidas desde el Poder Judicial, entre cuyos integrantes comenzaron a promover una lluvia de amparos contra la aplicación de la mencionada ley. Lluvia de amparos que, según lo reportó Milenio en su edición de este lunes 10 de diciembre, alcanzó la casi increíble suma 4 mil 74 personas. Y de las que 351 resultaron ser jueces y 383 magistrados. Todo ello bajo los argumentos de que dicha ley violenta la autonomía del Poder Judicial y causa un “daño irreparable” a los bolsillos de quienes lo detentan o ejercen.

Muy en concordancia con lo anterior, los jueces y los magistrados quejosos presentaron su inconformidad en la Suprema Corte y ésta, actuando evidentemente como madre apapachadora (“juez y parte”) ordenó “suspender la aplicación” de la referida ley “hasta que se resuelva el fondo de la controversia”. Controversia que, tomando en cuenta su comportamiento, nosotros podríamos deducir que a la buena no se resolverá jamás.

La raza, sin embargo,está tomando conciencia de semejante argucia y ya comenzó a decir; “¡Fuera,fuera! El pueblo manda, el pueblo exige. ¡O se alinean o a la chingada!”Clamores muy nítidos que los mencionados jueces, ministros y magistrados deberían tomar muy en cuenta, porque muchísimos mexicanos sentimos y sabemos que, siendo el presidente de la república el individuo que tiene la mayor responsabilidad en el país, ningún funcionario con responsabilidad menor puede ganar más, digan lo que digan, aleguen lo que aleguen.

LA GUADALUPANA HOY. –

Para ningún mexicano está oculto el dato de que la creencia en la Virgen de Guadalupe es un fenómeno socio-religioso que en vez de haber ido disminuyendo con el paso del tiempo, ha venido creciendo y multiplicándose, pese a que tales creencias se muevan en la superficie de la fe y muy lejos de la racionalidad.

Suman millones los mexicanos que durante los primeros doce días de cada diciembre recorren las calles y las carreteras que más rectamente se dirigen no sólo a la Basílica de la Virgen de Guadalupe, en la Ciudad de México, sino a todos los templos,capillas y catedrales donde se venera su imagen, o en donde algún cura fervoroso impulsó dicha devoción. Y no hay, frente a ese culto, ningún otro con fuerza mayor en nuestro continente. Pero ¿cómo y desde cuándo empezó a manifestarse este fenómeno religioso?

Las apariciones de la Virgen deGuadalupe datan, como bien se sabe, del año de 1531.  Pero esa devoción tardó mucho en arraigarse y expandirse entre los pobladores de la Nueva España, puesto que no fue sino hasta “el 27 de abril de 1737 cuando se la declaró Patrona de la Ciudad de México”y hasta “el 18 de diciembre de 1747”cuando se le declaró, finalmente, Patrona de todo el vasto territorio virreinal. Tiempo en el que – según logró averiguar el padre Florentino Vázquez Lara-, “los procuradores de la provincia de Colima” se sumaron a ese reconocimiento, promoviéndole una “función anual”.

No conocemos ningún otro dato anteriora éste que se refiera al culto de la Guadalupana en nuestra región, pero es evidente que se le conocía y comenzaba a crecer. Aunque sólo fue hasta 1774 cuando, de conformidad con un testimonio escrito del último Alcalde Mayor de la Provincia de Colima, se instaló aquí el primer retablo con su imagen, y cuando su devoción comenzó a difundirse de un modo más extensivo.

El alcalde se llamaba Miguel José Pérez Ponce de León, y en su testimonio dice haber participado en la organización de los festejos guadalupanos de 1768 en la ciudad de México, costeando la impresión de unos convites “que obligaron a los mexicanos poner en sus balcones, con cortinas y altares, la Imagen de María Santísima de Guadalupe, el día 11 y 12 de diciembre”. Convites de los cuales trajo a Colima en 1773, unas 200 copias que distribuyó, y que sirvieron para hacer el día 12 de diciembre“el día más festivo que jamás habían visto sus vecinos”.

Hasta aquí todo está claro en cuanto ala historicidad del culto, pero ¿por qué ocurre así?

Indagando aquí y allá,sobre todo entre la gente más sencilla, la respuesta más clara a la pregunta que acabamos de formular es que muchísimos de nuestros paisanos acuden ante las imágenes de la “Morenita del Tepeyac”, para buscar soluciones a los problemas que de salud, soledad, economía, violencia y temores enfrentan sus familias, y porque para solucionar tales problemas, las instituciones gubernamentales simplemente no sirven.

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