Opinión

Retos políticos para Colima en 2019

PARACAÍDAS

Rogelio Guedea

El año que terminó nos legó un cambio radical en el escenario político local. La mayor hecatombe la produjo el arribo de Morena como fuerza política a las diferentes posiciones de poder de la entidad, tanto con las legislaturas locales y federales como con los ediles municipales. Esta hecatombe positiva para Morena significó, al mismo tiempo, una hecatombe negativa para los dos partidos de mayor presencia estatal: el PRI (que aún conserva el gobierno estatal, pero que quedó desvalido en lo municipal y lo legislativo) y el PAN (cuyo caída se notó aún más estrepitosa en virtud de que en las elecciones anteriores a las pasadas le había ido soberanamente bien).

También hay que señalar una aspecto más: que entre los partidos minoritarios y satelitales (como PT, Verde Ecologista, PANAL, etc), el que mejor plusvalía recobró fue Movimiento Ciudadano, quien se hizo de una mancha poblacional conurbada importante: Colima (con Locho Morán) y Villa de Álvarez (con Felipe Cruz Calvario). Los nuevos actores políticos en esta nueva configuración podrán hacer lo que sea menos dormirse en sus laureles, tal como parece que lo están haciendo los congresistas de Morena, quienes han evidenciado falta de oficio político, ignorancia legislativa y una ambición monetaria desmedida, a tal grado que han tenido que desdecirse de lo que fue el bastión de sus promesas de campaña: bajarse los sueldos al 50%.

Este es el tamaño de la decepción que ha empezado a ver la ciudadanía en los congresistas de Morena, porque aunque no todos los morenistas están cortados con la misma tijera, por unos cuantos pecadores, ya lo sabemos, pagan todos los justos.

Los yerros de Morena como fuerza política que integró a su proyecto a muchos improvisados y a otros tantos de muy mala reputación van a tener, sin duda, consecuencias para su propio futuro político, cuya hecatombe puede pasar de positiva a negativa, mientras que los partidos hoy en desgracia podrían, de levantar el nivel de sus gestiones (sobre todo el PRI, a cuyo gobierno estatal se le sigue acusando de incapacidad para resolver el problema de la inseguridad y la salud), podrían, decía, ganar los cotos de poder perdidos.

No creo, sinceramente, que los políticos muertos vayan a revivir, aunque haya muertos vivientes muy activos y esperanzados en las elecciones de 2021. Creo que el reto principal para este año de cada partido político es habilitar nuevos cuadros y rostros, enterrar los cadáveres que abundan y sacudirse la idea de que dinero mata creatividad e ingenio político. Son los tiempos de la ciudadanía incrédula y rabiosa, así que no hay que intentar siquiera pasarse de vivo con ella, porque ya vean ustedes cómo les va a los que lo hacen.

Devolvámosle a la verdad el valor que ha tenido históricamente y a la mentira y al embuste pongámoslos ahí donde nadie quiere sentarse, porque da vergüenza. Si Dios nos lo permite, aquí seguiremos también este año evidenciando mentiras y desvelando verdades con el único propósito de hacer más halagüeño el porvenir de este Colima en el que nos ha tocado vivir.

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