Opinión

El terror genocida colimense no se detiene

Carlos Ramiro Vargas

Por más que Indira Vizcaíno, gobernadora, diga públicamente y sin pudor alguno, que “es mentira” lo del estado más que atroz de la imparable violencia en el estado de Colima, y les imponga a sus medios de difusión vendidos a su gobierno, a través de su incompetente director de Comunicación, un tal Ángel  Vargas, que en lo posible no traten la diaria cauda de asesinados, malheridos y descuartizados, aparecidos a lo largo y ancho de los diez municipios; la verdad es que según datos de la propia Secretaría de Seguridad Púbica Federal, SESNSP, en los primeros once meses del 2022, ya se superó el más alto índice de criminalidad reciente, que para 2017, significó 817 homicidios dolosos, mientras que en lo que va del año ya son 825 los ejecutados a mansalva.

Sin contar los 498 desaparecidos a los que no se les haya en ningún lado.Y donde el 25 por ciento de los mismos desaparecidos localizados, de un total de 694, es decir, 256, 59 fueron hallados sin vida.Esta cifra de 825 asesinados es la más elevada de los últimos 25 años. Aquí, en el estado de Colima.

A semejante cifra de horror para un estado tan chico como el nuestro, hay que agregar horrendos 18 feminicidios. Además de 63 fosas clandestinas y comunes. Es así y no obstante la desvergüenza de Indira, gobernadora, y su gabinetillo de seguridad, que Colima detenta hoy el muy des/honroso primer lugar en el ranking de la violencia nacional, con 27 asesinados por cada cien mil habitantes, o cinco veces más que el promedio nacional, total, que equivale a 6 ejecutados con violencia armada por cada cien mil habitantes.

Sólo estos datos, por sí mismos demuestran el fracaso absoluto de la dizque estrategia de seguridad del gobierno federal, y la aplicada en el estado de Colima, donde los miles de refuerzos llegados a la entidad, compuestos por militares, marinos y Guardia Nacional, no han servido más que para juntar las pilas de muertos, sin el más mínimo aporte en la materia por parte de Indira, gobernadora, ni su señor padre, Arnoldo Vizcaíno, ni por nadie de un gabinete de risa.

Que supuestamente está para salvaguardar la vida de los ciudadanos en la entidad.

En estas condiciones el miedo de las personas que habitamos esta Finisterre, es mayúsculo, pues en cualquier momento y lugar, sean colonias populares o suburbios o zonas de clase media y alta, se desatan los enfrentamientos entre las pandillas rivales, que a la hora de la hora, hacen lo que quieren, imponiendo un clima de terror nunca visto en nuestra historia local.

Los 825 asesinados representan antropológicamente hablando, todo un proceso de asesinato masivo denominado Genocidio por Omisión.

Estado de Genocidio heredado del pri/gobierno previo del bandido ex mandatario estatal, Ignacio Peralta, continuado con total cinismo y frivolidad por nuestra flamante gobernadora, morenista, atenida en todo a lo que haga y mande el gobierno federal, pues nulo es el aporte desde el espacio estatal por parte de Indira Vizcaíno y su muy incompetente gabinete.

Esta situación horrenda producto de las complicidades criminales de los anteriores gobernadores priístas, así como el de Indira Vizcaíno, para con los diversos cárteles confrontados en nuestro territorio; va yendo de la mano de una pronunciada caída en el ranking de “popularidad” de nuestra mandataria aludida y su gabinete de pacotilla, salvo excepciones, quien se encuentra a dos puntos porcentuales del peor de los 32 gobernadores mexicanos, que es ni más ni menos que el mandatario zacatecano, y morenista también, David Monreal.

Pues si semejante des/gobernadora empezó su mandato apenas hace once meses, con una aprobación del 44 por ciento, sólo de octubre a noviembre del 2022, cayó casi seis puntos porcentuales, para ubicarse con una aprobación de apenas el 31 por ciento de la población.

Cifras publicadas por la prestigiosa casa encuestadora, -Consulta Mitofsky-.

En otras palabras, la frívola y autoritaria gobernante, Indira Vizcaíno, en nada más once meses, por su ineptitud y proclividad al abuso de poder y corrupción, ha descendido 13 puntos de popularidad, lo que significa que casi el 70 por ciento de los colimotes la rechaza como gobernadora y a todo su gabinete.

Sabiendo de esto, de su incompetencia en el arte de gobernar, Indira Vizcaíno y el Congreso estatal, en especial los diputados locales de morena, el PT y el PVEM, impidieron la aplicación de la ley de revocación de mandato para este sexenio en curso, postergándola hasta el 2028, es decir, cuando este nefasto gobierno intolerante incompetente y enemigo del pueblo, que de izquierda socialista no tiene nada, haya fenecido.

Todo lo contrario incluso a lo estipulado para el presidente López Obrador, para quien la ley de revocación de mandato puede aplicársele si así lo amerita, en cualquier momento de su periodo vigente de gobierno.

Ante semejante abuso de poder, -y a contrapelo de los inútiles partidos-, es urgente que la sociedad civil colimense reaccione, y luche por que la ley de revocación de mandato se aplique en este mismo sexenio sin esperar más.

Carlos Ramiro Vargas. Todos los derechos reservados.

A 8 de noviembre, 2022. Stockholm, Sweden.

 

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