Opinión

Lo que Mario Delgado no debió haber olvidado.

Carlos Ramiro Vargas

A mediados de febrero del año en curso, el presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, el colimense, Mario Delgado Carrillo, -y uno de los cinco hombres más poderosos de México políticamente hablando, en este momento-, estuvo en nuestro estado, entre otras cosas, para ver de cerca el problema de las Cajas Populares, pero lo que más llamó la atención de este hecho, fue la visita que hizo a nuestra máxima casa de estudios, en donde dejó tomarse varias fotos que luego circularon como mecha de pólvora en las diversas redes ciber/sociales, de uso local, así como entre las bases y entorno morenistas; en las cuales aparece muy sonriente rodeado de la alta nomenclatura udeceíta, encabezada por el cacique, Fernando Moreno Peña, su aún líder político, y elogiando al des/gobernador colimote, Ignacio Peralta Sánchez, como el “excelente administrador” según Delgado Carrillo, que es, del gobierno estatal y sus instituciones.

Este tipo de expresiones vertidas por Mario Delgado, líder de la mayoría de diputados federales morenistas en san Lázaro, han resultado ser altamente ofensivas para la mayoría de los colimenses, que en edad de votar, dieron un triunfo masivo a los candidatos de Morena a los principales cargos de elección popular en Colima, en las pasadas votaciones de julio del 2018, pues dejan entrever en primer lugar una inaceptable promiscuidad política entre Morena y las cabezas de la mafia en el poder, política y económica, que domina del modo más antidemocrático la vida social de los colimenses, dado que el ex gobernador y ex rector udeceíta, Fernando Moreno Peña, junto con Arnoldo Ochoa González, actual secretario de gobierno estatal, provienen de la corriente más retardataria del priísmo nacional, amamantada en su momento inicial por el asesino de los estudiantes de 1968 y 1971, el expresidente Luís Echeverría Álvarez, quienes en compañía de otros “dirigentes” de la aún existente federación de estudiantes colimenses, fec, asaltaron a mano armada a mediados de los años 70 del siglo XX, a la misma Universidad de Colima, por dictados del chacal del 68, quedándose con su total control hasta la fecha, sustentado en el terror, la represión sin más a la disidencia, el control porril de los estudiantes, el control charril del sindicato universitario, una junta de gobierno formada por esquiroles al servicio de rectoría, y un rector pelele de esta mafia antediluviana, como es el contador Eduardo Hernández Nava, que sigue percibiendo 185 mil pesos mensuales de salario más compensaciones por la misma cantidad, que como se ve, son percepciones muy por encima no sólo de los mexicanos sino del mismo presidente Andrés Manuel López Obrador.

De las fortunas inmensas e inexplicables que el capo mayor Fernando Moreno Peña y sus allegados y ex rectores, han hecho de los bienes y los presupuestos universitarios, todos los colimenses comentan, ahora dueños todos ellos de diversas empresas, incluyendo prósperas constructoras, ranchos ganaderos, terrenos y bienes inmuebles, hoteles, restaurantes, etcétera, mientras la Universidad de Colima sufre un estado de excepción de índole totalitaria que dura ya 45 años, sin que hasta la fecha tengamos o hayamos tenido en casi medio siglo un rector verdadero, con conocimientos epistemológicos profundos y aportes de ser posible, a problemas que atañen a las ciencias naturales o sociales de la entidad, estás últimas destruidas sistemáticamente o reducidas a su mínima expresión, desde la destrucción a sangre y fuego de la escuela de Sociología en la década de los 80 del siglo XX, golpe del cual nuestra Universidad y la sociedad en su conjunto aún no se reponen.

Y mientras las becas de los estudiantes destacados, no superan los mil pesos mensuales, Fernando Moreno Peña y los dizque ex rectores, perciben mensualmente 150 mil pesos más emolumentos, siendo que Moreno Peña también cobra como ex gobernador otros 180 mil mensuales, además de que como he apuntado, es desde hace tiempo, uno de los hombres más “inexplicablemente” ricos de la región oeste de México, gozando todavía de policías estatales y judiciales que le protegen, cuando a los expresidentes de México, se les han retirado semejantes y ofensivos privilegios.

Este grupo encabezado por Moreno Peña, han sido pues, durante medio siglo, de los mas feroces enemigos de todo cambio democrático real en Colima, y  de los peores enemigos junto con el Diario de Colima, de Morena y Andrés Manuel López, Presidente, a nivel nacional, pues Morena estatal les es totalmente funcional, incluyendo a Indira Vizcaíno. Aspectos que Mario Delgado Carrillo no puede dejar de lado, y menos alabar a Ignacio Peralta, responsable del Genocidio con mayúscula que azota hoy a Colima, pues desde 2016, año en que Peralta Sánchez fue impuesto por la mafia de poder salinista como gobernador de Colima, incluyendo la visita misteriosa e intempestiva de Diego Fernández de Cevallos para reconocer apresuradamente el “triunfo” electoral del Pri y de Peralta sobre el pan, en 2016, tenemos alrededor de cinco mil asesinados en Colima, 700 desaparecidos, muchos de ellos en fosas comunes, decenas de feminicidios, 350 desollados…

Des/gobernador al que Morena Colima no toca ni siquiera con el pétalo de una rosa roja, para hacerle el inaplazable Juicio Político por Genocidio…

Todos los Derechos Reservados, Carlos Ramiro Vargas, Colima, Colima, tres de marzo, 2019. 

 

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