Opinión

Leoncio Morán, y su política de “seguridad municipal” 1

Carlos Ramiro Vargas.

 A casi un año de haber asumido por segunda ocasión la alcaldía de Colima, el comerciante metido a la política, Leoncio Morán Sánchez, quien del 2003 al 2006 estuvo al frente del Ayuntamiento capitalino, decidió sin la menor oposición de Morena y sus regidores en este cabildo, ya no se diga del PRI del PAN, o MC, crear la policía municipal que ahora presume en estos primeros seis meses de su administración que, “ya supera en eficiencia a la policía estatal”; cuando desde un inicio fue un error haber aceptado la creación de este cuerpo policial, más como capricho del hoy alcalde que como parte de una visión estratégica e integral, respecto a la violencia e impunidad que de los seis últimos años para acá, han convertido a Colima en uno de los más peligrosos municipios de México.

De tal modo que al constituirse como tal, utilizando a los agentes de tránsito municipales como policías del Ayuntamiento capitalino, en esa doble función, Ayuntamiento que carecía de su propia fuerza de choque, a diferencia de los otros nueve municipios que conforman el pequeño estado de Colima, Leoncio Morán alcalde, presumió que contaba con 13 millones de pesos para su constitución, cantidad realmente baja para la realización de un cuerpo policial municipal respetable, pero que fue una decisión al fin y al cabo, aceptada borregunamente por la mayoría de los regidores y el síndico, incluido el entonces regidor de Morena, Rafael Briceño Alcaraz, quien acató todo lo que propuso el primer edil capitalino, sin realizar una sólida crítica a este capricho y sin referencias analíticas hacia el funcionamiento del resto de policías municipales, que hasta la fecha, muy poco han hecho para enfrentar exitosamente la avalancha de siete mil ejecutados impunemente casi todos, los robos generalizados a casas habitación, los feminicidios, la secuencia horrible de fosas comunes, el aumento geométrico de las adicciones, etcétera, que nos asolan, desde que el priísta Ignacio Peralta fue impuesto como gobernador colimense a principios del año 2016.

Y aunque el ex regidor y candidato a la presidencia municipal de Colima, por Morena, Rafael Briceño, durante su campaña electoral en el 2015, había esbozado la posibilidad de una policía metropolitana, ya como parte del Cabildo no refutó en lo más mínimo a Morán Sánchez, alcalde,  entonces para la creación de un ente, la policía municipal de Colima, que con menos de 100 elementos para una población cercana a los 200 mil habitantes, pretende dar la batalla a una delincuencia nunca vista en nuestra entidad, y que como hemos visto, funciona peor que lo peor de la policía estatal, -lo cual es mucho decir- principalmente en su falta de respeto a los derechos humanos ciudadanos, pero también en su operatividad diaria.

Quizás porque también soy un antropólogo además de periodista analítico de los procesos de violencia en América Latina, de los años 80 del siglo XX a la fecha; puedo observar con toda claridad cómo la propuesta en boga el sexenio anterior nunca realizada, de un mando único de las policías estatales más las municipales; ha sido olvidado completamente por el alcalde Morán, quien de panista extremista y enemigo rabioso del actual presidente López Obrador, pasó a ser el líder del partido Movimiento Ciudadano en la entidad, pero quien en materia de seguridad antes de haber aceptado constituir una policía municipal al vapor, debió de haber exigido a Ignacio Peralta gobernador, que la policía estatal se encargara de la seguridad capitalina de un modo serio y responsable, precisamente por ser Colima capital, la sede de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial de todo nuestro estado.

Del funcionamiento déspota y totalmente contrario a los derechos humanos, además de su gran ineficiencia, la policía municipal de Leoncio Morán, realiza operativos del siguiente tipo, -a falta de una unidad de inteligencia policial municipal-, de tal manera que si usted amable lector, se sienta a reposar por ejemplo en el Jardín Núñez en pleno centro de la ciudad, después de las 10 de la noche, es factible que policías municipales de modo agresivo y cobarde, se paren frente a usted, para espetarle, ¡que ya es muy tarde para andar en la calle!, mirando al ciudadano común como si fuera el peor delincuente, y vulnerando el derecho constitucional de libre tránsito de los mexicanos por cualquier lugar de nuestro país.

La forma además, tan cobarde y arbitraria, en que revisan a los jóvenes dizque por “sospechosos” como una constante en este engendro policiaco municipal, debe de ser investigada y parte de una intervención de Derechos Humanos, estatal, y de ser posible, acompañar y registrar todos sus operativos realizados, de esta chistosa policía Vial que descuida totalmente las zonas rurales del municipio infiltradas por la criminalidad y por supuesto, las colonias más peligrosas de nuestra Capital.

No sobra decir que sin una lúcida oposición de Morena, la política de seguridad municipal de Movimiento Ciudadano Colima y su líder Leoncio Morán, seguirá siendo sumamente nefasta para la ciudadanía en la medida en que no se viertan propuestas críticas independientes al respecto, dado de que de Morena Colima no se puede esperar nada positivo en este rubro, pues la policía municipal que estamos estrenando es por nacimiento, obsoleta,  y atentatoria contra la ciudadanía colimense toda.

Por si fuera poco, el día de ayer, Leoncio Morán alcalde, cada vez más a la derecha, aumentó en un 20 por ciento el salario de por sí abusivo de regidores y síndico, que de 45 mil pesos al mes pasarán a ganar casi 70 mil pesos mensuales; para así premiarlos por su incompetencia en todos los rubros de la vida municipal, y por su  lacayuna posición hacia Morán Sánchez, quien ya sueña con ser el próximo gobernador; incremento sin ninguna relación costo/beneficio para la ciudadanía, en lugar de invertir ese dinero que sumara millones de aquí al 2021, en programas sociales y en capacitar a fondo a este esbozo ridículo de policía municipal.

Carlos Ramiro Vargas. Todos los Derechos Reservados. Colima, Colima, a 27 de junio 2019.

 

 

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