Opinión

Violencia en las internas de Morena

Carlos Ramiro Vargas

No cabe duda que la perredización o descomposición interna de Morena/partido a nivel nacional, va avanzando a pasos desmesurados, y el proceso de elección efectuado el domingo previo 13 de octubre, en Coahuila, Nuevo León, Aguascalientes, Zacatecas, SLP, Guanajuato, Querétaro y Jalisco, -para seleccionar a los representantes de la militancia en las asambleas distritales y estatales que participarán en la asamblea nacional en que se elegirá a la nueva dirección partidaria-, es el mejor ejemplo de un proceso viciado que en varias de estas entidades está dejando fuera de participación a miles de nuevos militantes, junto con el congelamiento de adherentes y simpatizantes, porque al parecer, a distintos dirigentes estatales ya les picó el virus del Poder a toda costa, mandando al carajo los principios en los que se finca la doctrina del lopezobradorismo, como no mentir, no robar, no abusar del poder y no traicionar a la patria.

De tal modo que sorpresivamente hubo conflictos violentos en primer lugar en Jalisco, y varios de sus municipios como Guadalajara, Zapopan, Tuxpan, Puerto Vallarta, Autlán de Navarro, etcétera. A tal grado que en una de las mesas distritales ubicada en Zapopan, un comando armado llegó intentando robarse las computadoras con el registro del padrón de votantes, así como las casillas de votación, disparando contra las presentes dejando a dos heridos muy graves y a otros dos regulares.

Compra de votos, coacción a los votantes, bloqueo de participación a nuevos militantes y adherentes, enfrentamientos físicos, robo de urnas y otras anomalías acompañaron el proceso en tales estados, como por ejemplo en Nayarit, -donde se suspendió la votación para elegir a los representantes nacionales-, pero también en Zacatecas, San Luis Potosí, Durango, Chihuahua,  Guanajuato y Monterrey.

Y aunque semejantes manifestaciones de descomposición partidaria no fueron mayoritarias, si son un claro síntoma de que las cosas al interior de Morena y sus liderazgos, no es nada buena ni en términos inmediatos, -con elecciones intermedias en el 2021 y la presidencial en el 2024, ni en términos a mediano plazo.

Por si fuera poco, en Baja California, la consulta, ya de por sí muy cuestionable constitucionalmente hablando, para decidir si el actual gobernador, “morenista”, Jaime Bonilla Valdez, gobierna sólo dos años más o hasta cinco, como pretende, -¡con el apoyo de Morena estatal y el Pan!-, resultó ser un fiasco, pues dicha consulta estuvo plagada de irregularidades peores que las mencionadas renglones atrás, al extremo de que muchos funcionarios de casillas no sabían donde guardar las papeletas electorales, tras la votación, con centros de votación que no abrieron o fueron cambiados de ubicación, carencia de tinta indeleble, e incluso permiso de votar a personas sin credencial partidaria o sin identificación legal.

Estos dos procesos, realizados en el entorno interno de Morena, que debieron ser ejemplares a nivel nacional, nos indican como sucede a nivel ejemplar en Colima; que en aras del poder, -en el sentido más rudimentario del término-, las direcciones estatales y municipales de Morena, han excluido de toda participación a miles de ciudadanos que les dimos el triunfo, -haciendo eco al llamado de voto masivo emitido por López Obrador en 2018-, para quedarse como los únicos depositarios de la marca Morena y sus líneas de acción política.

Que en el caso de Colima están evidenciando un amasiato inmoral entre todos los diputados locales del PT y Morena, como el labioso y soberbio de Vladimir Parra, su presidente en la legislatura estatal; el analfabeta funcional, Sergio Jiménez Bojado, presidente estatal de Morena, e includo el oscuro comisionado de Morena nacional en la entidad, todos ellos siempre dependientes en última instancia de diputadas federales y senadoras morenistas colimotas, como Claudia Yáñez Centeno o Griselda Valencia de la Mora, -con acceso a AMLO-, pero también la delegada federal de programas sociales en Colima, Indira Vizcaíno, quienes por nada claros motivos, junto con el presidente de los diputados federales, el colimense, Mario Delgado Carrillo, han establecido una alianza de facto con los más malignos poderes instituidos en Colima. Como son los pri/porros hegemónicos en la saqueada Universidad de Colima, parte de la Oligarquía rentista y monopolizadora colimota y con el panificado pri de Ignacio Peralta, el des gobernador de Colima más repudiado en la historia política moderna de los colimotes.

A un año exacto, entonces, de aposentarse en el poder, con la exclusión de nuevos militantes y talentos colimenses, llevado a cabo por los ya mencionados, por los lidercillos menos que mediocres de Morena Colima, quienes se han mostrado también incapaces no sólo de resolver los problemas estructurales estatales, sino de impulsar un pertinente Juicio Político contra Ignacio Peralta Sánchez, por los crímenes de lesa humanidad efectuados en lo que va de sus cuatro años de mandato, a pesar del alto costo en vidas humanas y descomposición nunca vistas entre nosotros; mostrando con ello una incapacidad mayor para abordar el principal problema social del estado que es el de la violencia y la impunidad imperantes en Colima, hoy la entidad más peligrosa y deshumanizada de todo el país. Cuando desde diciembre del año pasado se debió de haber renovado la dirección estatal morenista de Colima, cuya incapacidad política y partidaria es mayúscula, en un momento en el que los alcaldes de Morena en el estado, en Tecomán, Armería, y Manzanillo, están siendo campeones en mediocridad, ineptitud e incompetencia para gobernar…

Carlos Ramiro Vargas. Todos los Derechos Reservados. Colima, Colima, 16, 10, 2019…

 

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