Opinión

Tercer informe del rector Hernández Nava

PARACAÍDAS

Rogelio Guedea

El próximo 15 de diciembre rendirá su tercer informe de labores, de su segundo periodo rectoral, el rector de nuestra máxima casa de estudios José Eduardo Hernández Nava. Es un informe paradigmático por muchas razones. La primera, porque con este informe el rector empezará la recta final de su gestión al frente de la institución educativa, la cual estará enmarcada en una serie de acontecimientos que no podremos dejar de vincular a la sucesión rectoral.

La segunda razón tiene que ver con el balance que tendrá que hacer, aunque sea someramente, de toda la actividad realizada en los últimos siete años, misma que, en lo esencial, ha sido positiva en los diferentes rubros del quehacer universitario, al punto de que ahora la universidad se ha ganado un buen lugar (el veinteavo) en el último ránking de universidades del país.

La tercera razón, y no menos importante, es porque con este informe el ractor tendrá la oportunidad de reafirmar la fuerza y unión de la universidad (su autonomía) ante los embates que actores ilegítimos (y, en muchos casos, sin calidad moral) han implementado para desestabilizarla, sin tener ni la razón legal ni ética ni siquiera política para ello, sobre todo en un contexto por venir que, como dije, se advierte complejo.

Los ataques a la autonomía universitaria y, además, la agresión a su presupuesto anual (que se le redujo en más de cien millones de pesos), son motivos que deberán estar presentes en este próximo informe, y se debe aprovechar la presencia del gobernador José Ignacio Peralta Sánchez para, en una sucinta exposición de motivos, sensibilizarlo con respecto a un tema tan crucial como lo es la importancia de cerrar filas con la universidad pues haciéndolo así se cierran filas con la educación, vista ésta como la única vía real de progreso y desarrollo para nuestra entidad.

Ir en contra de la educación, con el pretexto que sea, es ir en contra de esa idea de progreso y desarrollo que buscamos para nuestro estado, por eso es importante que todos los poderes implicados en esto (en especial el ejecutivo y el legislativo) entiendan que no es posible luchar contra los poderes fácticos universitarios que los adversarios de la institución advierten echando mano de poderes igualmente fácticos que, además, tienen la particularidad de ser espurios.

Para decirlo en palabras vulgares: es como querer sofocar los insultos con más insultos. Si algo hay que reconocerle al rector Hernández Nava ha sido la capacidad que ha tenido su liderazgo para mantener a flote a una institución que ha sido agredida sistemáticamente en sus finanzas y en los presupuestos que utiliza para realizar su cotidiano quehacer, esto sin agregar ahora que se busca descarrilar lo que deberá ser una transición rectoral sin accidentes y donde la vida interna universitaria no se vea trastocada por intereses políticos infames.

Por último, y a manera de coda, si bien no se ha hablado del rector Hernández Nava para una posición política para el próximo periodo electoral, sin duda el capital político acumulado en estos años lo colocan de manera natural en cualesquiera de esas contiendas políticas (gubernatura, diputaciones, etc) que se abrirán en los próximos comicios. Es, pues, un año que se advierte lleno de parajes sinuosos pero también un buen momento para que nuestra máxima casa de estudios, con el liderazgo del rector Hernández Nava, se reafirme como una institución que está más allá de las luchas de poder y mucho más acá de sus tareas sustanciales, las cuales no deberán sino seguir contribuyendo a tener un sociedad mejor.

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