Opinión

Acoso escolar: las niñas héroes de la Corona Morfín

PARACAÍDAS

Rogelio Guedea

No fue inédita, sino fue histórica la contundente protesta de las estudiantes de la escuela secundaria Enrique Corona Morfín (T.M) en contra de su maestro de educación física José Daniel Yeme Cárdenas, a quienes un conglomerado grande de niñas acusan de acosarlas sistemáticamente sin que las autoridades hubieran hecho nada ni para detenerlo ni para evitarlo.

Esta omisión por parte de las autoridades escolares, que ha sido también histórica porque lejos de castigar a los maestros acosadores se les premia con jubilaciones repentinas o simples cambios de  escuela (a donde llegan para seguir acosando), dio lugar ayer a una protesta hermosa, enorme y heroica por parte de niñas y niños que, por encima de todo, hicieron valer su dignidad y pusieron de cabeza a maestros, directivos y administrativos de la referida secundaria, dejando, por lo demás, a toda la sociedad perpleja. Van a quedar para la historia de esta entidad los videos que circularon en las redes sociales en donde se le ve a ese gran contrafuerte de niños y niñas de la secundaria Enrique Corona Morfín armados con consignas en las que pedían la destitución del maestro José Daniel Yeme Cárdenas, quien, según ha podido verse en redes sociales, cuenta con un largo historial de acoso y lleva también sobre la espalda una dura lápida de impunidad.

Si bien el escándalo que se hizo ayer en la secundaria Enrique Corona Morfín pudo haber tenido un tratamiento distinto por parte de las actuales autoridades de dicha secundaria, lo cierto es que la raíz del problema no está sino en las omisiones que ha tenido el sistema educativo en general para tratar el tema del acoso escolar, que no sólo abarca la educación básica, sino también la educación media superior y superior, y véase nada más la problemática que vivió no hace mucho la propia Universidad de Colima, la cual tuvo que establecer un protocolo urgente sobre la violencia de género para atender de fondo esta problemática, al parecer ahora con resultados plausibles. Como lo he dicho al principio, mientras el acoso escolar no se trate con la seriedad y la urgencia que la situación exige y no se establezca un protocolo efectivo donde, luego del debido proceso, se castigue con rigor al responsable (lo que incluya incluso baja definitiva del sistema), lo que sucedió en la secundaria Corona Morfín seguirá poniendo de cabeza al sistema completo.

En la sociedad misma está ya sembrada la idea de que a los maestros acosadores no se les hace nada e, incluso, hasta se les encubre sus trapacerías (y ejemplos sobrarían para demostrarlo), así que la Secretaría de Educación ya no tiene más remedio ahora que enfrentar una problemática que empezará a desbordárseles por los cuatro costados. El maestro José Daniel Yeme Cárdenas representa nada más el rostro de un sistema impune que siempre se ha puesto del lado del victimario, mientras que, por el contrario, los estudiantes en álgida protesta no representan sino el hartazgo desmedido a esa impunidad y a esa injusticia.

Al secretario de Educación, Jaime Flores Merlo, se le ha puesto frente a sí el reto más grande de su gestión: detener la ola de protestas estudiantiles que seguramente vendrán y que se le saldrán de todo control de no responder con efectividad a este reclamo. Se dice que el maestro José Daniel Yeme Cárdenas ya fue removido de sus responsabilidades docentes, lo que me parece muy bien, pero muy mal sería que la sociedad no supiera con claridad, luego de que se le siga el procedimiento respectivo, cuál será el castigo ejemplar al que se hará acreedor y cuál el que se les aplicará a todos aquellos que repitan el mismo proceder.  

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