Opinión

60 días sin trabajar   

Observador Político

Belisario Romero Sánchez

Corrían ya treinta días (29 marzo-29 de abril) de la cuarentena que la autoridad estatal y federal a través de las dependencias de Salud, decretaran aislamiento social para evitar contagios masivos del virus del COVID-19 y aún la gente “la iba pasando”. Medida sanitaria que obligó a todas las personas permanecer en casa y salir solamente a actividades esenciales, por consecuencia, todos los negocios no esenciales tenían que cerrar sus puertas. Ya solo quedaba dar el último respiro: esperar diez días más para regresar a actividades normales, pero debido que subían las estadísticas de número de contagios y fallecidos, el aislamiento se fue prolongando hasta 1 de junio- en algunas entidades-

En los primeros 30 días específicamente en nuestro estado de Colima, más a fuerzas que por ganas, muchos comercios y prestadores de servicio que viven de dicha actividad y al día, tuvieron que acatar las medidas, en ese lapso, recibían-aunque no todos-  apoyos en despensas o alimentos de personas de la sociedad civil, actores políticos y uno que otro servidor público. Aunque colateralmente la afectación económica se les estaba acumulando, comían ese día, pero la dependencia de dádivas obviamente no era de su interés, si no el de ya reabrir sus negocios para seguir generando empleos e ingresos propios;  lo que han hecho toda su vida vaya.

Hoy se cumplen 60 días que llevan sin trabajar y los comerciantes y prestadores de servicio como de la playa de Boca de Pascuales, Tecuanillo en el municipio de Tecomán, el Paraíso y Cuyutlán en Armería,  por mencionar a algunos, no han corrido con la suerte de contar con el apoyo económico de 25 mil pesos que tanto ha cacaraqueado el gobierno federal, sin contar también a los comercios que no están en zona de playa, pero se dedican a actividades no esenciales y también tuvieron que cerrar.

Es pues demasiada la necesidad de apoyo económico que tiene toda esta gente de los municipios costeros, que en el caso de Boca de Pascuales hace unos días tuvieron la visita de la delegada federal, Indira Vizcaíno Silva, a quien recibieron en ese momento con mucha alegría porque la vieron como una tabla de salvación, esperaban buenas noticias de parte del gobierno federal para inyectar recursos económicos a sus negocios, que insisto llevan ya 60 días sin trabajar-,noticias que no fueron tan buenas. Los ramaderos esperaban escuchar que el apoyo de 25 mil pesos era para todos, que estaban disponibles y sin tanto trámite, lo que escucharon de la súper delegada fueron más promesas, aventándole la responsabilidad a su subordinado Julio León Trujillo, responsable de los programas federales en el distrito II.

Han llegado a 60 días y nadie ha recibido ese crédito, de tanta insistencia y de seguir tocando las puertas a la autoridad federal, la respuesta que se les dio por parte de la Delegada Federal es que el apoyo será de 5 mil pesos, los 25 mil será destinado directamente al comerciante pero siempre y cuando compruebe que tiene empleados y que está formalmente dado de alta en Hacienda.

Obviamente los cinco mil pesos no les alcanzan para nada, los 25 mil sí, pero lamentablemente como son pobres no alcanzan el apoyo del gobierno federal. Digo pobres porque viven al día y a veces es su propia familia quienes tienen que ayudarlos en el negocio porque no tienen para empleados que representa pagarles seguro y prestaciones, si no tiene para darse ese privilegio,  mucho menos pagar a un contador. Aunque algunmos hacen el esfuerzo por hacerlo.  Debido a eso, López Obrador o el gobierno federal los considera como informales y se ve que busca la forma de dejarlos fuera justificándose con el mote de “informales”.

Mi solidaridad con todos los amigos y amigas prestadores de servicio y comerciantes, porque en este momento difícil de la pandemia los están dejando morir solos, aunado a que los políticos y servidores públicos  que cacaraquearon durante los primeros treinta días estar entregando apoyos alimentarios, lo han dejado de hacer. Incluso algunos buscan llegar más lejos: con tal de no seguir apoyando pretenden justificar estar contagiados de Coronavirus para definitivamente quedarse en casa, cobrando íntegra y puntualmente sus jugosos sueldazos. Es cuanto

BAJO LA LUPA

***En Armería, cuando gobernó tres periodos Ernesto Márquez Guerrero, luego Paty Macías y otros que por el momento se me escapan, que obviamente eran postulados por el PRI, PAN PRD, no se había dejado de brindar en el DIF municipal,  el servicio de apoyo de traslados de pacientes a citas médicas. Apoyo que se brindaba a personas de muy escasos recursos económicos, que tenían en esa institución el respaldo en ese momento difícil  para que éste recibiera su tratamiento evitándole gastos.

Hoy con el alcalde Salvador Bueno, integrante de la #4T, postulado por el PT, desde junio del 2019,  le quitó ese presupuesto al DIF de más de 5 millones de pesos al año para dárselo como caja chica a su contralor mayor  Alfonso Sotomayor para éste disponga de ese recurso dándole el uso que quiera, sin que sea revisado por ningún órgano fiscalizador. Ese es el cariño y sensibilidad que el alcalde, regidores y funcionarios de Armería le tienen a su gente, sobre todo a la clase más desprotegida

***Vladimir “Carrujos” Parra, coordinador de MORENA en el congreso del estado, fue el impulsor del  movimiento lésbico-gay al interior de su partido. En un principio lo vio normal el estarse exhibiendo públicamente en fiestas y orgia gays.

Como ya gana como diputado, y con el cuento de como “integrante de la izquierda” ser respetuoso de los derechos humanos y la libertad sexual, el año pasado, a mediados del 2019,  se dio el primer escándalo sexual gay cuatroteista en donde él fue el actor principal, encabezó pues, un futuro de escándalos sexuales gays, como se han venido dando, siendo el más reciente el caso de Armería con otro integrante de su partido y servidor público cuatroteísta en funciones.

En esa ocasión pasó la misma situación de Armería; cuando estaban en pleno acto, al calor de las copas y de las drogas, la situación se les sale de control, se les sube la temperatura y al final terminan valiéndoles un cacahuate su intimidad, valores,  reputación e incluso su misma familia,  por un momento de calentura. Al final salen peleados y terminan exhibiendo y compartiendo en redes  todas sus porquerías. Y como siempre, los medios de comunicación  somos los culpables de sus cochinadas. Es cuanto.

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