Opinión

REBELIÓN EN LA CMIC

TAREA POLÍTICA
José Luís Santana Ochoa

El grupo de constructores que lleva ya muchos años, unos quince al menos, controlando la vida gremial en la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción en Colima (CMIC), esta vez ha fallado en su intento trianual de evitar a toda costa la contienda interna por su dirigencia y, contra sus usos y costumbres, habrá elección abierta a sus socios el próximo martes 8 de Enero de 2019 a partir de las 18 horas, 6 pm, en su sede de la Avenida Niños Héroes de la capital del estado.

El todavía presidente del comité directivo de CMIC Colima, Jorge Morales, y el expresidente de la misma organización, Francisco Javier Barragán Preciado, lograron con sus mismas truculencias de siempre sacar de la contienda al candidato Rabindranath Pizano Larios, para allanarle el acceso a Carlos Maldonado Orozco, ex candidato a diputado local por el Partido Movimiento Ciudadano, pero no calcularon que con su antidemocrático proceder iban a provocar la rebelión en la granja de los constructores que lograron registrar a otro miembro del mismo grupo a aquellos opositor, Carlos Aquino, con quien siguen en la pelea.

Cansados de que sus dirigentes de ellos solamente quieren sus cuotas y votos pero no su participación en las obras públicas más rentables como las que les asignan tanto más cuanto los funcionarios peraltistas cómplices Carlos Noriega García, Secretario de Planeación y Finanzas del Gobierno del Estado; y Eduardo Gutiérrez Navarrete, titula aprestan a sacudírselos de una buena vez en la asamblea electiva a celebrarse el próximo martes.

Es posible que logren liberarse de tan perniciosa tutela o que fracasen en el intento, pero por lucha no quedará, afirman convencidos. Hay claros indicios de que a Barragán y aliados se les ha soltado el tigre en la CMIC Colima, le jalaron demasiado la cola y ahora no hayan cómo regresarlo a la jaula. Y es que ya no les están funcionando ni sus estrategias intimidatorias ni sus promesas de siempre de que no harán más travesuras y de que habrá piso
parejo, reparto equitativo, de la obra pública para todos los socios de la Cámara. Sin embargo, siguen en su intentona de volverse a alzar con la gallina y los huevos.

Tiempo y oportunidad habrá de comprobar si se los permiten o no los constructores que lideran la rebelión en la granja. A quienes se han adueñado de la franquicia de la CMIC en Colima no les gusta que sus enjuagues se ventilen en los medios de comunicación, todo quieren arreglarlo en lo obscurito, pero les guste o no les guste, les cuadre o no les cuadre, en estos nuevos tiempos de la “Cuarta Transformación” que son de transparencia y rendición de cuentas, de rechazo a la corrupción en todas sus formas y expresiones, están sujetos al escrutinio público, ahora sí que cabrestean o se ahorcan, más es vale aceptar la crítica periodística sin hacer gestos y entender que los organismos gremiales de cualquier naturaleza y propósitos también son de interés público. ¿O no?

En lugar de buscarles ubres a las culebras elucubrado sobre las motivaciones para comentar temas como éste, quienes se resisten a liberar a la CMIC Colima debieran ser los primeros en alentar y garantizar el libre juego democrático entre sus agremiados; también, en no permitir como lo hacen la intervención indebida de funcionarios del gobierno del estado en los asuntos que solamente a sus socios competen. Si no quieren pisotones deben salirse del baile.

EL ACABO

*Este mismo mes renovarán sus comités directivos las cámaras Nacional de la Industria de la Transformación
(CANACINTRA) y de la Industria Restaurantera (CANIRAC), eventos en los que no hay tantos intereses económicos y políticos en juego como en la Mexicana de la Construcción (CEMIC).

*Alguien debe aconsejarle al regidor por MORENA del H. Ayuntamiento de Colima, Rafael Briceño Alcaraz, que si no puede controlar lo que ingiere, mejor opte por la abstención total. Afortunadamente, esta vez no casó muerte ni lesiones con su poderoso mustang colorado, pero la próxima?

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