Opinión

Indira Vizcaíno y la Seguridad.

Carlos Ramiro Vargas

Sumamente preocupantes resultan las propuestas de Indira Vizcaíno, como candidata a la gubernatura por Morena Colima, pues se encuentran a un nivel de estudiante de secundaria, y son una vil copia de todo lo vertido en la materia por López Obrador, cuando en lo que va del 2018 a la fecha, en dos años de la supuesta 4T, los asesinados por el crimen organizado superan los setenta mil muertos, como nunca sucedió con Calderón o Peña Nieto, mientras en Colima como nunca en nuestra historia moderna, y sólo en lo que va del mal gobierno peraltista desde 2016, ya van cerca de 4 mil, 500 ejecutados, 1500 desaparecidos y cerca de mil feminicidios; gobierno en el que por cierto, en su calidad de super delegada lopezobradorista, como coordinadora de programas sociales federales, y antes, como secretaria de desarrollo social, pri peraltista, Indira Vizcaíno fue invitada a cada una de las reuniones en cuestiones de seguridad estatal, en las que participaban autoridades de los tres niveles de gobierno, el ejército y la armada de México.

Hasta que hace un mes renunció a su cargo para involucrarse de lleno en la candidatura a gobernador.

En ninguna de las reuniones Indira Vizcaíno aportó algo positivo a esta delicada cuestión, que desde un inicio rebasó a Ignacio Peralta, gobernador, y por el contrario, hay constancia de que en reuniones con AMLO presidente, Vizcaíno defendía a capa y espada la gestión Genocida de Ignacio Peralta y su secretario general de Gobierno, Arnoldo Ochoa.

Muy grave entonces, que después de nadar de a muertito en el principal problema de los colimenses, durante cuatro años, ahora Indira Vizcaíno afirme que acabará con la inseguridad y la violencia “sembrando vida”.

En las muy generales propuestas presentadas por Indira y su Morena, no hay el menor diagnóstico que muestre en un contexto histórico y geo político comparativo, la magnitud de la violencia y del Genocidio que por omisión, indiferencia y frivolidad,  ha sido disparado en Colima por  el egresado del ITAM, y de la Essex University,  Ignacio Peralta. Y todo su gabinete de Seguridad. Fiscales y procuradores de justicia. Que son varios a lo largo de este malogrado sexenio.

Tampoco hay un reconocimiento del Genocidio peraltista con casi 4 mil, 500 ejecutados. En un estado tan pequeño y con tan poca población como la de Colima. Ninguna mención a Tecomán que ha estado en el top mundial de la violencia. O a Colima y a Manzanillo, que también destacan a nivel nacional en todo tipo de delitos, y en la cada vez más perniciosa presencia del narcotráfico. En todos los municipios de nuestro estado.

No hay el menor compromiso de Indira con los más de mil desaparecidos y sus familiares. Algo nunca visto en corrientes que se reclaman de izquierda en todo América Latina. Y peor aún, teniendo en su prima, oscura y mediocre funcionaria peraltista, a la responsable de la oficina de atención a los familiares de los desaparecidos en nuestra entidad. De nombre Evelia Pérez Valdivia, quien además como la misma Indira hace, se le esconde a los familiares de los desaparecidos, con el pretexto de que Ignacio Peralta no asigna presupuesto a esta Oficina. Cuestión que nunca vio Indira en su papel de alcahueta de todos los excesos y corruptelas de su padrón Ignacio Peralta.

Tampoco ven Indira y su Morena, que la magnitud de los crímenes cometidos con Peralta pri gobernador, implican verdaderos Crímenes de Lesa Humanidad*, como los implicados en las decenas de fosas clandestinas detectadas como cráteres de la luna a lo largo y ancho de Colima, pero particularmente en Tecomán.

Nada de ello aparece en la palabrería demagógica de Vizcaíno, y como en todo lo demás, apuesta por la construcción de cinco cuarteles de la Guardia Nacional, a instalarse en varios municipios, atenida al gobierno federal y a López Obrador.

Cuando si algo ha fracasado en la mal llamada Cuarta Transformación, ha sido la mediocre estrategia de seguridad implementada por el gabinete de Andrés Manuel. Es inconcebible que hasta la fecha no se haya atrapado al Mencho, por ejemplo, después del terrible atentado contra García Harschuf. Secretario de Seguridad de la Ciudad de México.

Indira habla de dignificar a las policías estatales, darles mejores salarios y capacitación, de crear redes vecinales en la materia, de promover la prevención y los centros de rehabilitación, de fortalecer la justicia alternativa y civil, o de mejorar el funcionamiento de jueces y ministerios públicos, -sin decir cómo-, verdaderos centros de corrupción en la impartición de justicia, así como de mejorar las condiciones de la economía estatal para generar superiores condiciones de vida en la población, fortaleciendo las prácticas del deporte y la sana convivencia.

La anterior cadena de buenos propósitos como se puede constatar, es más de lo mismo sin novedad alguna, y es el rosario que en este agudo problema nos repiten Leoncio Morán, Virgilio Mendoza o Mely Romero, teniendo esta última como un fardo que la hunde, a Arnoldo Ochoa González, como su principal asesor de campaña.

La visión del problema de la seguridad en Indira Vizcaíno y Morena Colima, tiene que superar para ser creíble y viable, la gris y fragmentaria estrategia de Seguridad de López Obrador, que ha optado como Peña Nieto, por una alianza con el Cártel de Sinaloa, desconociendo la complejidad regional de esta problemática que significa un estado de guerra de baja/media intensidad, teniendo su principal foco de guerra no reconocida, de verdadera guerra con uso de drones y tecnología avanzada, aquí nomás, a unos kilómetros de la frontera entre Colima y Michoacán, donde las fuerzas paramilitares del cartel de Jalisco nueva generación o CJNG, están consolidándose como fuerza dominante en  Aguililla, El Aguaje, el entorno del municipio de Coalcomán, y toda la franja náhuatl de Michoacán. Regiones relevantes para las rutas del narcotráfico hacia las ciudades del occidente mexicano, El Bajío y hacia los Estados Unidos.

Sin que el ejército, las policías estatales de Michoacán, y ni la guardia nacional, sean capaces de derrotar estratégicamente a las fuerzas del Mencho.

No hay en la palabrería hueca de la Vizcaíno, ningún referente a cuales cultivos alternativos se les dará apoyo, para que los campesinos dejen de sembrar marihuana o amapola. Ni de qué modo se controlará la circulación de Fentanilo, cuya principal puerta de entrada a México se encuentra en el puerto de Manzanillo, insumo fundamental para fabricar drogas de diseño y meta/anfetaminas, por parte de los cárteles mexicanos en su conjunto.

No hay en la ofensiva propuesta en seguridad de parte de Indira y su Morena, ninguna referencia a los modelos de inteligencia financiera aplicados al crimen organizado, para desmantelar sus redes de financiamiento y blanqueo de dinero, traducidos en numerosas empresas legales a lo largo y ancho de Colima.

Es tan pobre y demagógica la propuesta de Indira Vizcaíno que hasta Sergio Ochoa, presidente del Consejo de Seguridad Estatal, sostuvo después de escucharla, que semejante esquema no le sirve de nada a Colima, dado lo avanzado de los tentáculos criminales asentados con la venía del ex presidente Miguel de la Madrid Hurtado, en el estado de Colima desde los años 80 del siglo XX.

Cuando López Obrador presidente, no es capaz  de instaurar en México un régimen de legalización actualizado previa discusión de los modelos más adecuados al respecto, para un país como México.

Perdiendo un tiempo precioso en este macro problema, cuando sólo el mercado de la cocaína involucra una cantidad cercana a los 750 mil millones de dólares anuales, la mayoría de esta cantidad, entre un 60 y 70 por ciento, bajo control de los cárteles mexicanos, principalmente el CS y el CJNG, confrontados a muerte por el control del puerto de Manzanillo en esta  malograda entidad…

Carlos Ramiro Vargas.  Stockholm. Sweden. All Rigths Reserved. Abril 30, 2021.    

 

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