Opinión

La fiesta ha comenzado. Changuito Antrax.

Carlos Ramiro Vargas

Ante el cinismo y la frivolidad sin nombre frente a la narco guerra fratricida, que sufre Colima, la gobernadora, Indira Vizcaíno, niega toda la realidad y a través de su vocero en materia de seguridad, Gustavo Joya Cervera, -tipo que no aporta nada en este rubro-, asegura que los disparados índices de violencia estatal van disminuyendo, cuando sólo de noviembre a la fecha y en curva ascendente, en estos cinco meses de gobierno morenista/indirista, han sido ajusticiados a balazos 320 personas.

Cifra inadmisible para un pequeño estado como el de Colima con una escueta demografía de apenas, 750 mil habitantes.
Pero si en cualquier país civilizado del mundo, esta barbarie genocida, hubiese implicado un juicio político inmediato contra el titular del poder ejecutivo, y su obligada revocación de mandato, aquí en Colima, sucede todo lo contrario.

La ineptitud e incompetencias mayúsculas de Indira Vizcaíno, son magnificadas por su séquito de incondicionales, así como por la muy corrompida prensa estatal, -reciclada como neo palera del indirismo-, como si logros fueran. Cuando en los hechos, Indira Vizcaíno, des/gobernadora, no ha hecho otra cosa más que entregar la política de seguridad al gobierno federal, pero sin aportar de su parte, o por lo menos de su equipo, absolutamente nada a tan delicada situación.

Si aporte se considera la reiteración del corrompido compromiso pri/perltista, por parte de la Indira, para enjaretarle a cada municipio unas diez patrullas, pero rentadas y a sobre precio, tres veces mayor que las camionetas adquiridas en una agencia.

En semejante situación, las fuerzas federales se dedican a recoger el regadero de cadáveres, o a colocar los famosos filtros de seguridad, pero carentes de una concepción político militar, y policiaca adecuada, acerca de las vías probables capaces de revertir la situación, de estado fallido en el que mal vivimos, para de este modo, construir un estado de Paz y Trabajo para nuestra sociedad.

Pues para este día, 29 de abril, ya se superan los 75 ejecutados, más los que faltan en pleno día del niño, colocando a Colima en el top mundial de la violencia asesina, por encima de Honduras, Venezuela o El Salvador.
Además de que nuestra entidad cuenta honrosamente, con el primer lugar nacional en robos a casas habitación, así como un lugar destacadísimo en feminicidios salvajes.

En medio de esta denigrante situación, la designación de Joya Cervera, como vocero en materia de seguridad, realizada por Indira gobernadora, resulta ser un vil escupitajo a los colimenses, dado que dicho sujeto según lo denunció el cártel de Sinaloa hace un mes, no es más que un vulgar delincuente al servicio del cártel de Jalisco, nueva generación, así como de por lo menos seis cárteles michoacanos que operan en nuestra entidad, de los 12 existentes en el vecino estado, sujeto que según el Changuito Antrax, firmante de dicho comunicado, en el sexenio ante pasado se dedicaba desde su puesto de gobierno junto con altos funcionarios de la estatal procuraduría de justicia, a transportar cientos de bidones de efedrina y paquetes de cocaína, que recogidos en el puerto de Manzanillo, eran entregados por este flamante funcionario ex pri/anguianista, y ahora morenista, a las fuerzas del Mencho en el vecino municipio jalisciense de Tonila.

En el comunicado mencionado, el Changuito Antrax, amenaza con hacer públicas las pruebas irrefutables del carácter delincuencial del vocero indirista, lo cuál, y ante la necedad de Indira gobernadora al respecto, exige de la divulgación de las referidas evidencias, so pena de quedar en el papel de vil calumniador por parte del autodenominado, Changuito Antrax.
Ahora bien, en un segundo comunicado, difundido hace tres semanas, este personaje, jefe máximo de los grupos del cártel de Sinaloa que operan en Colima, sostuvo que en nuestra entidad, la fiesta, la guerra, ya ha comenzado, de lo cual, y con la pavorosa cifra de asesinados en curso, no queda la menor duda.

Liberado entonces ya, por un juez de Guadalajara, Aldrín Jarquín, hace unas semanas; seguirá coordinando las actividades del CJNG en el estado, mientras la Vaca, líder del cártel de los Mezcales declarado independiente, seguirá haciendo de las suyas desde su inexpugnable refugio en el populoso barrio del Mezcalito, en la capital de Colima.

En prospectiva, la narco guerra colimense se agudizará en y desde estos tres frentes de batalla, ante la hipocresía del gobierno federal respecto a su preocupación por el destino de nuestro estado, más la absoluta inutilidad del gobierno estatal, de Indira Vizcaíno; o frente a la incapacidad y ceguera de ambos niveles de gobierno, para reconocer la existencia sanguinolenta y prolongada de un Genocidio colimense, peor que el Genocidio contra los cristeros en 1929/32, producto de las complicidades de los sucesivos gobiernos colimenses, para con los cárteles regionales, de las cuales hay responsables con nombres y apellidos; pero también de la enorme miopía de ambos niveles de gobierno para desarrollar una estrategia de construcción de la Paz, a partir de una caracterización precisa del tipo de guerra que padecemos, caracterización urgente y necesaria que brilla por su ausencia, en el vano, mentiroso y frívolo discurso, de la gobernadora, Indira Vizcaíno.
Quien por cierto llamó a votar por el pri e Ignacio Peralta a la gubernatura, en el 2016, sin que hasta ahora nos halla pedido las más mínimas disculpas.

Todos los Derechos Reservados.
Carlos Ramiro Vargas. Stockholm, Sweden.
29 de abril, 2022.

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