Opinión

La defensa del INE

Carlos Ramiro Vargas

El domingo 13 de noviembre, se realizaron  50 marchas ciudadanas en las más importantes  urbes de la república mexicana, incluida la Ciudad capital, CDMX, en defensa del Instituto Nacional Electoral, INE, y en contra de los cambios que AMLO presidente pretende hacer a esta institución que desde sus orígenes, ha asegurado la pervivencia de la democracia -electoral-, y el cambio pacífico de mandatarios y representantes del pueblo, en los tres niveles de gobierno.

800 mil personas marcharon en la CDMX y dos millones en las ciudades capitales del interior del país, para decirle a AMLO presidente y a su partido Morena, que un número creciente de mexicanos no le creen más y mucho menos en su pretensión de reestructurar al INE, ni en sus falsos argumentos de que fue el órgano responsable del supuesto fraude electoral del 2006, en el que AMLO candidato perdió la elección presidencial frente al ex candidato del PAN, Felipe Calderón Hinojosa.

Pues la percepción de fondo entre todos estos protestantes compatriotas, compartida con los principales estudiosos de la política nacional, es que AMLO intenta eliminar subrepticiamente la autonomía orgánica del INE, para dominarlo al peor estilo del viejo PRI, como ha hecho con otras instituciones antes venerables, entre ellas la CNDH, -hoy mal dirigida por la hija de la inolvidable Rosario Ibarra de Piedra-, instituciones entre las que se incluyen el Instituto Federal de la Transparencia, IFT, la Cofece, el CRE, o ya no se diga la Corte de Justicia que infiltrada por los morenistas, ha perdido objetividad y equilibrio, para entonces pasar a tener un control de tipo totalitario sobre  todas ellas y el mismo INE, y con ello, poder manipular a su antojo las elecciones por venir, sobre todo las del año 2024, en las que se pondrá en juego la presidencia y la hegemonía política del neo populismo morenista en nuestro país.

Uno de los principales argumentos de AMLO para apoderarse del INE, aprovechando la mayoría relativa que aún tiene en la cámara de diputados así como en el Senado, -ya no se diga la aún alta aceptación con la que cuenta entre la población, cercana al 60 por ciento, aún-, es lo caro que le cuesta el INE a los mexicanos, así como los altos salarios de sus consejeros.

Al respecto, vale apuntar que el presupuesto anual del INE es de 20 mil millones de pesos, o mil millones de dólares, con una estructura orientada para organizar las elecciones federales de los 32 estados del país, así como la emisión de las hoy imprescindibles credenciales de elector. Utilizadas como medio de identificación ante la mayoría de las instituciones públicas y privadas de todos los mexicanos, mayores de 18 años.

Esta cantidad de dinero es casi equivalente al magro presupuesto anual, del gobierno del estado de Colima, de 900 millones de dólares. Hoy dominado por las banderas guindas de Morena.

Este argumento se cae por sí mismo. A la luz de los siguientes datos.

Pues cara, caprichosa y absolutamente irracional, fue la cancelación del aeropuerto de Texcoco, -que iba a ser el cuarto del mundo-, cuyos costos colaterales y por las indemnizaciones que se tuvieron que pagar, terminaron siendo equivalentes a 330 mil millones de pesos, o 15 mil millones de dólares y fracción.

Mientras las perdidas de la CFE, este año, 2022, suman 196 mil millones de pesos, mdp, o 14 INEs; las perdidas del nuevo aeropuerto debido a su mala planeación, el AIFA, son de 7.5 INEs, -un poco más de cien mil, mdp-, a su vez, las pérdidas  referentes a PEMEX son de 224 mil, mdp, o 17 INEs, más las pérdidas referidas a la abrupta cancelación del aeropuerto de Texcoco, igual a 23 INEs,  no se diga las relativas a la refinería de Dos Bocas, 25 INEs, o 350 mil, mdp.

Es claro que respecto a tales y tan abrumantes fugas de dinero a costa de la nación, ni AMLO ni sus fanáticos seguidores dicen absolutamente nada.

En otras palabras, no es lo “caro” del INE el problema, ni siquiera el que sean actualmente once los consejeros de este instituto y que AMLO quiere reducir a siete, sino lo estorboso que viene siendo una institución plural, democrática y autónoma, para las veleidades autoritarias de AMLO que quiere tener el control absoluto y totalitario del multicitado instituto, para imponer la hegemonía de Morena y sus incondicionales en los siguientes procesos electorales de este país.

Y ello es todo un retroceso de medio siglo democrático para la nación.

En cuanto a la disminución de diputados, lo que implica la propuesta de AMLO es el incremento no de diputados de mayoría electos con el voto directo de los ciudadanos, mejor conocidos como uninominales, sino todo lo contrario, es decir, el aumento desproporcionado de los diputados plurinominales basado en 32 listas de candidatos a ser definidas por los partidos, con lo cual, se terminaría robusteciendo la cuestionable burocracia política de los partidos y no los intereses de los ciudadanos y su lucha por una democracia mucho más horizontal.

Esta propuesta tendiente a fortalecer a las partidocracias corruptas es un contrasentido total, en la lucha por la democratización y socialización del poder político en nuestro país, pensada desde el primer círculo de AMLO para fortalecer como instancia de control político autoritario, al partido de Morena, que en los hechos ha excluido a sus bases, adherentes y simpatizantes de toda participación política en las decisiones del partido, para convertirse en un partido totalmente dominado por funcionarios de gobierno servilmente lopez/obradoristas, sea a nivel federal, estatal o municipal.

Carlos Ramiro Vargas. Todos los Derechos Reservados.

Stockholm, Sweden, a 20 de noviembre, 2022.

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