Opinión

Un cadáver flotante en medio de la corriente. Colima, city

Carlos Ramiro Vargas

El cadáver flota agujereado por las balas. Va siendo arrastrado por la corriente después de la tormenta. Es el ultimo día de mayo del 2023.

Unos niños que juegan en la avenida repleta de agua lo encuentran, va cabeza abajo con lo brazos abiertos.

Viene de muy arriba.

De los barrios altos de la ciudad.

Los niños se asustan, corren espantados con los pelos de punta al percibir que se trata de un ser humano.

Este tipo de escenas espeluznantes definen el momento político y social que viven los colimenses.

Ante la absoluta indiferencia de la gobernadora, morenista, Indira Vizcaíno y de la priísta alcaldesa de Colima, Margarita Moreno.

Y sus incompetentes gabinetes.

Ante la inutilidad total de la Procuraduría de Justicia del estado, y de la Fiscalía General de Colima.

Con un congreso de diputados de todos los partidos absolutamente inútil para hacer algo substancial por la gente.

Por el incierto futuro de los colimenses.

Es la prostitución política y partidaria en todo su esplendor.

Y la soledad más grande del pueblo como nunca en nuestra historia.

Pues en realidad nadie nos representa.

Y cada político partido/crático por el que votamos nos va a apuñalear por la espalda, a la menor oportunidad.

Con un índice de impunidad que raya el 99 por ciento. Sobre todo en asesinatos dolosos.

Pues de enero a la fecha, 19 de julio 2023, son 475 asesinatos con arma de fuego, efectivos, y 200 más en grado de tentativa.

Sin contar los miles de desaparecidos acumulados y los cientos de restos humanos en decenas de fosas comunes, esparcidas por todo Colima, como cráteres polvorientos de la luna.

Que cada quien se rasque con sus propias uñas.

Es el ideograma con el que se desenvuelve la sociedad colimense.

Esto es ya un abismo sin fondo.

Años de corporativismo priísta con un control de masas y de la sociedad rayando en estructuras fascistas, todos encuadrados en organizaciones al servicio del Ogro anti filantrópico, han dado por resultado sociedades desunidas, sin ímpetus auto/organizativos y contestatarios.

Y si ante el muy agudo problema de la violencia criminal de todos los días, sea en todo México o sea en Colima, -uno de los más pequeños estados de la República-, no hay estrategia ni respuestas sistémicas y efectivas por parte del gobierno federal o el colimense; el poder de los cárteles o de los delincuentes de toda laya se va acrecentando, pues si al inicio del gobierno de una inexistente transformación social el territorio nacional era controlado en un 30 por ciento, por las estructuras criminales, ahora es ya el 80 por ciento o más.

En estados tan ricos y biodiversos como Michoacán, prácticamente la vida social, económica y política, se encuentra secuestrada por los excesivamente perniciosos cárteles unidos, en alrededor del 90 por ciento de los municipios.

AMLO presidente, mientras tanto, sigue insistiendo en mentir. Del modo más cínico. Afirmando que él tiene “otros datos”. Es decir, que los índices de criminalidad y violencia, según él, van a la baja en México.

Ese mismo discurso aberrante es reproducido en Colima por una gobernadora ausente, sólo preocupada por su beneficio personal y de facción, saludando todos los días con el sambenito de los programas federales, que es lo único que tiene para ofrecer sin el menor mérito propio, o del gabinete estatal morenista.

Alrededor del primer círculo de Indira Vizcaíno, gobernadora, todo va de mal en peor, sea la política de salud y el enorme desabasto en la misma, en educación, -en manos de un secretario abyecto, incompetente y servil-, en cultura, en economía, o en ecología.

Área vital donde no existe el más mínimo planteamiento bio/político.

Por parte de Indira, gobernadora y los diez alcaldes del estado. Mucho menos de los partidos.

Ante la destrucción galopante de todos los ecosistemas únicos en Colima, Jalisco o Michoacán.

Es así que en la absoluta frivolidad política, Nerón, ante el incendio y genocidio por Omisión en Roma, tocaba la cítara, Indira Vizcaíno hoy, en Colima city, se dedica a emitir video clips en tik tok, sobre sus tatuajes en el cuerpo, con una sonrisa de satisfacción total mientras sus bienes raíces y su fortuna económica crecer sin parar, sin vigilancia alguna por parte de las instituciones estatales o federales respectivas.

Nada se supo del fin del cadáver flotante.

Nadie sabe quién era, ni cómo lo mataron.

Ese es el terror absoluto en medio de las balaceras con armas de alto poder, en el que vive una indiferente sociedad colimense…

 

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