Opinión

Conflicto de interés

Diurnarius

Miguel Ángel Sánchez Romero

A más de ocho días de la “temible fiesta” del exsecretario de Turismo,  Efraín Angulo Rodríguez que terminará con el asesinato de un menor de edad y otra persona lesionada por disparos de arma de fuego, resulta inaudito que la Fiscalía General del Estado de Colima, guarde silencio ante un caso en el que no solo hubo un homicidio, sino múltiples delitos que debe ser esclarecidos, sobre todo por tratarse de un funcionario público al mando del Gobernador José Ignacio Peralta Sánchez, quién desde que se hizo público el problema trato de victimizar a su exsecretario sin saber la magnitud del problema, lo que ha servido  para alimentar la incertidumbre y las especulaciones, pero sobre todo para desconfiar de la Fiscalía y de su imparcialidad en la impartición de justicia de este caso que pareciera quieren se pierda en el olvido, solo esperemos que no paguen chivos expiatorios.

Elementos hay de sobra, para suponer que La Fiscalía General del Estado, al mando de Gabriel Verduzco Rodríguez no pretende esclarecer ni dar a conocer la verdad sobre lo que sucedió la tarde noche del lunes 4 de marzo en la casa del exsecretario de Turismo, Efraín Angulo en el que de buenas a primeras pareciera que el Fiscal le creyó la versión del supuesto comando armado de más de once personas que lo asaltó y torturó por más de seis horas a él y a sus amiguitos; versión que parece sacada de una novela de ciencia ficción de Julio Verne o de una película de Luis Buñuel y Pablo Picasso.

Al parecer tanto el Gobernador, José Ignacio Peralta y su Fiscal carnal pretenden hacer creer a la población esa fantástica versión, o al menos ese es el mensaje que dan, al mantener todo el caso en hermetismo, al grado de no querer entregar la carpeta de investigación a los abogados del padre del menor asesinado, lo que alimenta y da sustento a la versión de los que aseguran que se busca encubrir a Efraín Ángulo y sus invitados, y ganar tiempo para prefabricar pruebas que den sustento a la supuesta versión del asalto.

Pero aun otorgándole a José Ignacio Peralta y a Gabriel Verduzco el beneficio de la duda sobre la versión de Efraín Ángulo, resultaría terrible saber que grupos armadas se pasean por Colima con toda tranquilidad, sin que la autoridad los detecte, pero resulta más alarmante que puedan ingresar a la casa de cualquier  persona, a cualquier hora a robar portando armas largas de uso exclusivo para el ejército y todavía se den el lujo de desnudar, torturar y tomarle fotos a sus víctimas.

Si fuera cierta la versión del exsecretario de Turismo, imaginen el grado de inseguridad e indefensión al que están expuestos y viven los colimenses, en la que el Secretario de Seguridad Pública del Estado, Enrique Alberto San Miguel prefiera andar inaugurando torneos de fútbol en la Petatera, en lugar de estar coordinando operativos de seguridad o supervisando que los millones de pesos gastados en cámaras de video vigilancia del C-4 y C-5i sirvan para algo más que agarrar borrachos y rateros de poca monta, es muy raro que esos videos si los presuman y difundan, y no lo hagan con los del supuesto grupo armado que atacó a Efraín Angulo, quizá ese día no servían las cámaras ubicada en la zona donde ocurrieron los hechos o no hubo tal grupo armado, total  en defensa su derecho les damos el beneficio de la duda, pero hay mucha duda.

Sin embargo aún que les demos el beneficio de la duda, y fuera de la responsabilidad de los padres y de los menores involucrados, hay demasiadas incógnitas, evidencias y compartimientos de José Ignacio, Gabriel Verduzco, y del propio Efraín Angulo que nos dan elementos suficientes que nos permiten suponer que tratan de encubrir y ocultar la verdad de lo que pasó en la casa de exsecretario de Turismo, de otra manera no se puede entender como dejaron en libertad a todos los implicados, incluso a el o los “scort” extranjeros que inmediatamente se fueron del estado y seguramente hasta del país.

No dudamos que si  en que si el Fiscal y el Gobernador  hubieran querido hacer las cosas bien habrían integrado una cadena de custodia y una carpeta de investigación ejemplar que les permitiera pedir a un juez las medidas cautelares para evitar que los implicados evadieran la justicia por lo menos durante el proceso de investigación, pero simplemente no lo hicieron o no quisieron, al único que retuvieron fue el cuerpo del menor asesinado quizá para borrar algunas evidencias no sabemos, pero las duda y las especulaciones ellos las han provocado y alimentado.

Definitivamente, lo único que podría permitir esclarecer este hecho lamentable sería, que la Fiscalía General de la República atrajera el caso no solo por el hecho de que se utilizaron armas de uso exclusivo del ejército, la posible trata de personas y corrupción de menores, sino por el evidente conflicto de interés que hay entre el Gobernador del Estado de Colima, el Fiscal General del Estado y el exsecretario de Turismo.

miguelinosan@yahoo.com.mx

 

Comment here

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.