Opinión

La otra cara de Ruiz Visfocri

Diurnarius

Miguel Ángel Sánchez Romero

Independientemente de las razones o motivos que hayan tenido los diputados que impidieron con su voto en contra, que María Elena Ruiz Visfocri fuera impuesta por las bancada de Morena y el PAN, como nueva Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado (CEDH), habrá que reconocer que fue un acierto, debido a que tan importante posición no puede ni debe ser vista como una cuota de poder o botín político, mucho menos como moneda de cambio para pagar favores pasados, presentes o futuros.

Lo cierto es que Ruiz Visfocri ni tiene los méritos suficientes ni es la persona idónea para presidir la Comisión de Derechos Humanos, no solo por las bajas calificaciones que obtuvo en el proceso de selección, sino por sus antecedentes y trayectoria en el ámbito político y social, los cuales son sumamente cuestionables y nada envidiables; quizá María Elena logró engañar a un puñado de analfabetas disfuncionales  con  su historia de la “mártir de la democracia”; pero se le olvidó que Colima  es un pueblo chico, en el que la gente se conoce y recuerda su pasado turbulento, aquel en el que sin escrúpulos negoció con panistas, priistas, perredistas para lograr sus intereses y que ahora hábilmente intenta repetir con Morena aprovechando la inocencia de algunos diputados que creen que por llamase María es una Virgen a la que le deben fervor y reverencia.

Pero no es así, los que conocen la otra cara de María Elena Ruiz Visfocri, saben que no es confiable, que sería capaz de vender su alma al diablo o de valerse de cualquier artimaña con tal de conseguir su beneficio personal; aunque esta vez no lo logró, a pesar de la supuesta intentona de comprar hasta por 300 mil pesos el voto de algunos diputados, no dudamos en que sus patrocinadores y defensores lo vuelvan a intentar, esperemos que los Legisladores que esta vez impidieron que se saliera con la suya no se tuerzan y busquen garantizar la autonomía de la CDHE.

La realidad es que de haber llegado Ruiz Visfocri a la CDHE, en nada hubiera cambiado la defensa de los derecho humanos en Colima,  incluso habrían sufrido un retroceso, toda vez que no deja de ser una figura surgida, formada y educada en el viejo régimen del absolutismo, además de que a todos nos queda claro que su designación no era por méritos o capacidad, sino por conveniencia y compadrazgo político, igual como lo hacía el PRI cuando ostentaba la mayoría en el Congreso del Estado.

Además, de que es evidente la obsesión de Ruiz Visfocri por el poder y los privilegios, por lo que hubiera sido cuestión de tiempo para que se doblegará ante los coqueteos de los grupos de interés que ahora dice odiar, pero de los que alguna vez formó parte.

La realidad, es que la Comisión de Derechos Humanos del Estado, no debe de caer es manos de ningún oportunista que busque satisfacer sus egos o para estar al servicio de una facción o partido político, es momento que los diputados garanticen la autonomía de la CDHE, y la dejen de estarla viendo como botín político; definitivamente la sociedad esperaba más de la 4T.

miguelinosan@yahoo.com

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