Opinión

«Indira Vizcaíno se la jugará»

PARACAÍDAS

Rogelio Guedea

Lo que para muchos representó una sorpresa, para otros (me cuento entre ellos) no lo fue nunca: el objetivo de la hoy ex superdelegada colimense Indira Vizcaíno ha sido siempre la gubernatura (trae ese propósito tatuado en su ADN) y no desistirá en ello hasta alcanzarlo. Por eso, en el día preciso y como lo pidió el presidente López Obrador para todos aquellos que quisieran participar en las próximas elecciones, Indira Vizcaíno dejó la súper delegación para prepararse para contender por la gubernatura del Estado el próximo año.

Sin duda, la primera opción que la también ex presidenta municipal de Cuauhtémoc buscará será la de ser la abanderada por Morena a la gubernatura, pues con eso llevaría todo el respaldo de un presidente que, hay que decirlo, si bien ya no trae el mismo respaldo de hace dos años, todavía cuenta con una base nutrida de fieles seguidores que nadie en su sano juicio al día de hoy desdeñaría.

Sin embargo, tendrá mucho que valorar esta opción porque es la más sangrienta de todas en tanto que no será fácil pasar por encima de otros candidatos con una ascendencia mayor y no menos ligados a la dirigencia nacional de Morena y al propio presidente, como es el caso mismo de la diputada federal Claudia Yáñez Centeno, quien sin prisa pero sin pausa ha venido creciendo en el ánimo de la población sin hasta el momento haberse metido en ningún tipo de desgaste político perjudicial para su propia imagen y rentabilidad electoral.

Si Indira Vizcaíno opta por esta opción, para lo cual estaría en todo su derecho, tendría que calcular muy bien los descalabros que podría esto acarrearle, sobre todo porque lleva sobre la espalda varias acusaciones de corrupción que la estarán persiguiendo a donde vaya, y algunas de ellas son denuncias formales que llevan ya su curso en la Fiscalía Anticorrupción de nuestra entidad. La otra vía es menos riesgosa pero representa una plataforma más endeble para su proyección política, con todo y que ella se perciba sobrada y esté convencida de que lo hecho hasta ahora como superdelegada será suficiente como para poder aceptar la candidatura de algún partido de reciente creación (ya tuvo un ofrecimiento al respecto) y con ese llevar a cabo su campaña política y eventualmente conseguir su anhelado sueño de ser la próxima mujer gobernadora de nuestro Estado.

Por donde se le vea, Indira Vizcaíno no la tiene fácil, y más allá de la tribu de indilovers que la aplauden un día sí y otro también, tendrá que ponerle reflexión seria a un objetivo que no amerita otra cosa. Sea un camino u otro el que elija, con su renuncia a la súper delegación ya nos dejó claro que se la va a jugar aun en contra del visto bueno presidencial y va con todo en pos de la gubernatura.

Los que estén todavía titubeando entre que si sale o se mete el sol, entre que si la milpa da o no da, más les vale que se levanten de la silla y se pongan en posición de ataque porque ahí ya tienen de frente a Indira Vizcaíno y no parece que quiera dejar santo con cabeza en esta próxima contienda electoral, en la que bien sabe que podría ser su única y última oportunidad para conseguirla.

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