Opinión

Claudia Yáñez: digna. 

PARACAÍDAS

Rogelio Guedea

Lo que ya se sabía desde hace mucho (antes incluso de las sombrías encuestas de Morena) hoy se confirmó: Indira Vizcaíno será la candidata por Morena para las próximas elecciones a la gubernatura de Colima. Así lo dije en mi pasado Paracaídas y fui criticado por ello, sobre todo cuando afirmé que no tendría rival. No lo dije ufanándome (así lo mal leyeron muchos), sino lamentándolo. Lamentando que las fuerzas opositoras más potentes y con mejor estructura (como el PRI y el PAN) se hubieran decantado por candidatas no suficientemente competitivas, a menos que realmente sepan aprovechar los negativos de Indira Vizcaíno (que no son para nada pocos) para cambiar la percepción de la ciudadanía y, sobre todo, para ensombrecer la figura moral del presidente López Obrador, quien, aunque ya medio naufraga, todavía sigue imponiéndose gracias a los todavía sistemáticos errores que sigue cometiendo la oposición.

Morena optó por resolver a lo mexicano la definición de su candidata a la gubernatura y lo hizo por medio de un procedimiento oscuro que ha levantado aristas no sólo en la elección de Colima sino en todas las designaciones hechas hasta este momento en nuestro país, con nominaciones que han resultado sumamente cuestionadas tanto en los perfiles como en la forma en que llegaron a postularlos. Sobra hacer por ahora el recuento del historial negro que envuelve a Indira Vizcaíno (se le ha documentado profusamente en los medios de comunicación y en las redes sociales), como se ha hecho igualmente con su personero Vladimir Parra, pero lo que sí vale la pena enfatizar es que Morena ha dejado de lado a Claudia Yáñez, una candidata que cumplía con la moral tan pregonada por el presidente López Obrador y sobre la cual decidieron pasar encima, demostrando con ello que la sentencia de “no robar, no traicionar y no mentir” es más un slogan de campaña que el propio fundamento ético sobre el cual se levanta el movimiento lopezobradorista.

Es admirable cómo Claudia Yáñez se mantuvo siempre digna en sus convicciones y en un discurso incendiario, que dio después del ungimiento de Indira Vizcaíno, no hizo sino ratificar ser una política de una sola pieza, que ha preferido denunciar públicamente, de frente y ante los medios de comunicación, todos los males que, lo considera ella y lo creemos muchos, empezarán a socavar el movimiento morenista en nuestro país. Dos caras de una misma moneda, pues: mientras por un lado el Comité Nacional de Morena validaba a Indira Vizcaíno como su candidata a la gubernatura por Colima mediante procedimientos que dividieron al partido y que hicieron que, por ejemplo, el Partido del Trabajo se desmarcara de la alianza, por el otro estaba una Claudia Yáñez de una sola pieza denunciando ese embuste y llamando al presidente López Obrador a tomar cartas en el asunto.

No sabemos qué vaya a pasar en las próximas elecciones, pero sin duda ya sabemos que una de las más duras adversarias que tendrá la aguerrida Indira Vizcaíno la tendrá en la no menos combatida Claudia Yáñez, con lo cual se confirma que los peores adversarios más difíciles de Indira Vizcaíno estarán en su propio partido. Con estos resultados, sólo se espera que los partidos opositores espabilen, salgan de su letargo, y ya no se tarden más tiempo en ponerse las armaduras, porque tal parece que la avanzada de Indira Vizcaíno será, si se le sigue dejando la carretera despejada, una aplanadora que los dejará a todos como moyos en carretera.

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