Opinión

LAS CABRIOLAS DE LA PESTE

Observador Político
Belisario Romero Sánchez 

En muy mala hora para la base trabajadora del ISSSTE en Colima y los derechohabientes de esta institución, en el mes de mayo de 2017 llegó a estas nobles tierras el campechano infumable Humberto Cabrales Aguilar, gracias a los perniciosos oficios de la silverista tecomense Itzel Sarahí Ríos De La Mora ante el Presidente de la Federación de Sindicatos de los Trabajadores del Estado, Joel Ayala Alameida, y su cantinero personal Alfredo Villegas Arreola, ex Director de Delegaciones del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Todo para darle chamba a su incompetente hermano Miguel Fernando Ríos De La Mora.

A los hermanos Ríos De La Mora y al grupo enquistado en la Federación de Sindicatos de los Trabajadores del Estado en Colima le duró la fiesta 20 cortos meses para ellos y muy largos para quienes los padecieron. Cuando la semana pasado les corrieron a palos a su pelele Humberto Cabrales Aguilar, el “chupitos” Arnoldo Ochoa González saltó como cucaracha en quemazón del brazo de su bravucona incondicional María Dolores González Meza, Secretaria General de la PESTE (FSTSE) que a nadie ni nada representa.

A la robusta Doña Dolores le indigestó el cese fulminante de Humberto Cabrales Aguilar porque ya no obtendrá las prebendas que éste le dispensó a ella y a sus secuaces como un sobrino de “Chupitos” a quien nombró Administrador de la clínica Miguel Trejo Ochoa de cuya farmacia por cierto apenas el sábado anterior le robaron caros medicamentos para el tratamiento del cáncer con valor de miles de pesos pero de mucho mayor impacto negativo en la salud de los pacientes que se quedaron sin tratamiento. De este burdo sabotaje que ya investiga la Procuraduría General de la República, la metiche farolera dirigente sindical no acusó recibo, tampoco el daño patrimonial por diez millones de pesos que en complicidad con Cabrales Aguilar perpetraron metiendo muebles quirúrgicos de desecho como si fueran nuevos.

“Pido de manera muy especial que no se tire esta demanda, porque esta gente no puede regresar al Instituto, no los queremos ver ni de visita aquí en la Delegación. Espero que no queden en un acto de amor y se les perdone porque hicieron mucho daño. Por causa de ellos hubo mucha gente que no recibió los servicios como debieron haberlos recibido”, Arnoldo la hizo declarar en el periódico digital de su propiedad nomás por fastidiar a quien suponen les dio pa’tras, pero estas dolidas palabras le quedan como anillo al dedo a quien los dejó viudos: Humberto Cabrales Aguilar.

Arnoldo Ochoa González y Dolores González Meza están en todo su derecho de llorar la pérdida de su poder e influencia en el ISSSTE Colima, pero en el duelo deben reconocer que los tiempos del corporativismo gremial priista se han ido con el arribo de la Cuarta Transformación. Primero que las fantasmagóricas organizaciones de membrete como la PESTE transparenten sus tripas y se democraticen, y luego opinen sobre actos de autoridad de un gobierno al que ya no pueden ponerle condiciones como por décadas lo hicieron.

El muy venido a menos física y políticamente Arnoldo Ochoa González, a través de Dolores González Meza, podrá seguir tratando de meterse donde no tiene vela y utilizar la prensa a su servicio en vano intento de imponer su mala leche, pero una y otra vez toparán pared. Ya mejor debe retirarse a convivir con sus nietos en lugar de interferir las decisiones presidenciales.

BAJO LA LUPA

*Como nada hay que objetarle al nombramiento del prestigiado galeno embellecedor de damas, Alberto Covarrubias Bermejo, como encargado del despacho del ISSSTE Colima, a pesar de su dolor y rabia por la caída de su pelele Humberto Cabrales Aguilar, la Lola tuvo que reconocerle “su trayectoria y sus acciones como una persona honesta y trabajadora”.

*Desde la interesada óptica de la dueña de la PESTE en el estado, el trabajo del delegado saliente del ISSSTE, Humberto Cabrales Aguilar, “demostró que se pueden hacer mejor las cosas” dizque a pesar que le surtimos duro y tupido en estas páginas.

* La Dolores cerró ojos, oídos y boca ante los muchos atropellos cometidos por su delegado Cabrales en contra del personal médico, de enfermería, técnicos y administrativos, y del nepotismo laboral, las probadas corruptelas con medicamentos, material de curación y equipo médico de desecho que cobró como nuevo, nada de lo cual tampoco fue detectado por los dizque líderes del ISSSTE Colima.

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