LA MANERA DE OPINAR DE…
José Gilberto Ibáñez Anguiano * Columnista #G8 Independiente
Pues ahora sí que María Dolores González Meza anda como vil candidata Reina de la Primavera o aspirante a soberana de fiestas patronales de pueblo, no haya ni cómo aparecer en la foto y hacerse la protagonista e inclusive, hasta querer robar reflectores ante una FSTSE que cada vez más está como el Titanic, hundiéndose por completo y tal vez para siempre, ya no ella ni que hacer para figurar.
Ni en sus mejores tiempos tuvo la mayor importancia, “ni nunca la ha tenido”, la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, pero empezó a cavar su tumba con el advenimiento de la alternancia política en la presidencia de la República a donde en el año 2000 llegó el panista Vicente Fox Quezada a quien en 2006 relevó en el cargo su entonces compañero de partido Felipe de Jesús Del Niños Jesús Calderón Hinojosa, doce años de vacas flacas que mermaron la fuerza de la FSTSE que no logró reponer en el muy corrupto sexenio del priista Enrique Peña Nieto.
En el agotamiento del corporativismo sindical para-priista, el sistema creó la Federación Democrática de Sindicatos de Servidores Públicos (FEDESSP), carabina de Ambrosio igual de inoperante que la FSTSE del líder sindical charro Joel Ayala Almeida. Ninguna de las dos federaciones nunca jamás igualó el poder y la influencia de sindicatos como los que agrupan al magisterio nacional, a los trabajadores del sector salud o quienes laboran para secretarías como la Comunicaciones y Transportes (SCT) y Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (SAGARPA), por ejemplo.
El vacío que dejaron la FSTSE y la FEDESSP está siendo llenando por la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM) liderada por el senador de MORENA Pedro Haces Barba, de la “Cuarta Transformación”, cambio que también abarca a los organismo sindicales que agrupan a los trabajadores hábitos de democracia y justicia social que le sirven al estado .
Como el proyecto del nuevo sindicalismo morenista no ha sido suficientemente difundido aún, la vividora del cuento como María Dolores González Meza que representa en Colima a la FSTSE de papel, de saliva, quiere poner y disponer, pontificar y agredir como si de verdad representara a los sindicatos cuyos dirigentes desde hace años que no la pelan. El colmo es que detrás de ella están bien identificados morenos conversos provenientes del viejo PRI que le juegan doble a AMLO y a su CATEM liderada por el senador de MORENA Pedro Haces Barba.
Alguien debe aconsejarle a María Dolores González Meza que deje de hacer el ridículo asumiéndose como representante de los sindicatos laboralmente ligados al gobierno de la República sin serlo, pues de ellos no tiene ni su voz ni su representación para erigirse como la tremenda juez de la tremenda corte azote de los funcionarios federales. Es tiempo ya de que la juzguen de cotón largo y no le atribuyan ni reconozcan un poder que simple y llanamente no tiene, ni ha tenido.
Como María Dolores sabe que la FSTSE ya caducó, ahora quiere brincarle a la Secretaría General de la Sección 30 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría d Salud (SNTSA) pasando por alto el derecho que a contender por la reelección tiene el dirigente en funciones Héctor Pizano Larios. Ella lleva meses ya declarando como si fuera la vocera de los trabajadores de la Secretaría de Salud y Bienestar Social del Gobierno del Estado.
Para evitar que los arrolle con el respaldo ignominioso de su jefe político Arnoldo Ochoa González, el líder Pizano Larios y su grupo de apoyo deben atravesarle el penco con valor y decisión, pues si continúan pasivos se los va a llevar al baile la tía de las muchachas que empecinada está en ocupar por tercera ocasión el cargo de Secretaria General de la Sección 30 del SNTSA.
De plano con María Dolores González Meza, puras mermas, ridículos y protagonismo baratos, ya debe entender y comprender la canción que interpreta José Rómulo Sosa Ortiz mejor conocido como José José “El Príncipe de la Canción”. Lo que un día fue, no será, ya no vuelvas a buscarme, no tengo nada que darte, de tu alpiste me cansé. Pásela bien.
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