Opinión

La incompetencia de Indira, Gobernadora, en Seguridad y Gobernanza

Carlos Ramiro Vargas. Antropólogo(ENAH) y Analista.

Tras la matanza suscitada en la cárcel denominada Centro de Reclusión Social, Cereso, el pasado 25 de enero del año que corre, prisión ubicada en la capital del estado de Colima donde oficialmente fueron asesinados nueve reos y malheridos otros siete, tras un enfrentamiento entre la pandilla local de Los Mezcales, del barrio bravo del Mezcalito, en Colima city, y miembros del cártel de las cuatro letras que cuenta con muchos adeptos en la entidad, las declaraciones oficiales de la gobernadora morenista, Indira Vizcaíno, tildaron de “incidente”, tan grave enfrentamiento que seguramente agudizará la guerra inexistente oficialmente entre los grupos delincuenciales que se disputan el jugoso mercado underground de las drogas, secuestros, extorsiones, trata de blancas, blanqueo y lavado de dinero, así como diversas rutas para el trasiego de enervantes y el control del arribo de Fentanilo y Efedrina en transito por el puerto de Manzanillo, enviados desde Mombay, Hong Kong y Shangai.

Substancias base para el mercado de drogas sintéticas pero también de cargamentos de cocaína colombiana y armamento pesado, y de avanzada, apto para la guerra de mediana intensidad que se vive en casi todo el país, pero con especial fuerza a lo largo y ancho de la frontera entre Colima y Michoacán. Incluyendo la sierra hacia Coalcomán, municipio michoacano donde nació Nemesio Oseguera Cervantes, líder máximo del CJNG, y también en la costa del pacífico denominada Franja Náhuatl, de Michoacán.

Tales declaraciones intentando ocultar lo inocultable, por parte de Indira, gobernadora, fueron duramente criticadas por medios de importancia, regional, nacional e internacional.

Pues los hechos aislados de los que habla la flamante Gobernadora, los “incidentes”, que no son más que Matanzas colectivas y no sólo asesinatos individuales, insertadas en un prologado proceso de Genocidio, agudizado desde el pri/gobierno peraltista, del 2016 al 2021, -hablando en términos antropológicos-, son también, tales “incidentes”, hechos diarios en el acontecer social del estado. Para poner un ejemplo, nada más en los últimos cinco días de enero, 2022, han asesinado a 30 individuos, mujeres y hombres, niños, adultos, ancianos y jóvenes, en el pequeño estado de Colima. Más otras diez 10 heridas por balas de fuego.

En Quesería, municipio de Cuauhtémoc, de donde es nativa Indira, gobernadora, el 27 de enero 2022, fueron halladas tres personas sumergidas en una Cisterna, sin contar la cabeza y partes desmembradas de un individuo arrojadas en plena plaza pública; el 25 del mismo mes, otras tres personas fueron acribilladas a la altura del Colomo, en Manzanillo; el 24, en la Colonia Solidaridad en Colima, capital, fueron baleados un hombre y una mujer, y por estos mismos días, una pareja de ancianos fueron quemados vivos y arrojados en un canal, en la comunidad del Alpuyeque, en el municipio de Colima.

Y si de dos personas en adelante se puede hablar de masacre, pues veamos que éstas se vienen agudizando con el indirato vizcaínista  en el poder, y peor se pondrá pues la incompetencia absoluta del gabinete indirista , seguirá traduciéndose en una larga estela de sangre, masacres y prolongado Genocidio que Indira y su gabinete de pacotilla no ven, y hasta niegan, pero que solamente en el mal gobierno priísta de Ignacio Peralta, por quien la Indira llamó a votar en el 2015, este Genocidio se tradujo en más de 4000 asesinatos dolosos.

O sea, más crímenes o asesinatos dolosos en Colima, con apenas 750 mil habitantes y 5 mil, 250 km 2, que en Colombia, un país inmenso de un millón y 350 mil km 2 , 50 millones de habitantes y 60 años de guerra interna.

En otras palabras la incompetencia, la ignorancia y des honestidad de Indira, gobernadora, mal informando al presidente AMLO acerca de la sórdida guerra existente en la entidad, para proteger a Ignacio Peralta, Genocida por Omisión, les están saliendo cara a los colimenses, pues a los 4 mil ejecutados hay que agregar casi 4 mil desaparecidos, 100 fosas comunes, algo nunca visto en la historia de la violencia estatal, y mil 850 feminicidios, sólo del 2016 al 2021.

Es así, que tras la embarrada discursiva del “incidente”, Indira gobernadora ha dejado el problema de esta nueva masacre carcelaria, a sus subalternos, como  vergonzosamente lo hizo hace una semana con el caso de la obrera muerta, en la maquiladora Yazaki, aunque esta vez no fue la analfabeta funcional de su Secretaria de Gobierno, Guadalupe Solís, la que puso en evidencia el pésimo y despótico gobierno indirista, morenista, sino los propios dizque responsables de la Seguridad en el estado, uno de ellos, el director del Sistema Estatal Penitenciario, de nombre, Guillermo Ramos Ramírez, responsable máximo del Cereso, de a tiro declaró que él no va a renunciar.

Siempre culpando al gobierno pasado del  desastre penitenciario estatal,  paro avalando las burdas mentiras acerca de la comentada matanza carcelaria, como por ejemplo de que las armas de fuego encontradas fueron arrojadas desde afuera del Panóptico carcelario, además de la pésima información vertida sobre el enfrentamiento, y responsable de declaraciones que fueron contradichas por el titular de la Secretaría de Seguridad estatal, Manuel LLerandi Ruíz, quien confirmó la existencia de la pandilla de los Mezcales. negada por el ex secretario íntimo de Efraín Angulo,   el Fiscal Briant García, hijo del prócer de la cobardía y la corrupción priístas, Gilberto García Nava.

En otras palabras estos tres funcionarios, están obligados a renunciar, dado que en lugar de dar claridad y orientación ciudadana de los hechos sangrientos, confunden a la población.

La guerra inexistente y el Genocidio por Omisión, sufridos por la población colimense se agudizaran, acicateados por una gobernadora que se niega a reconocer la gravedad de los hechos y que al parecer ha respetado los acuerdos corruptos del ex sátrapa que nos des gobernó, Ignacio Peralta, con un poderoso cártel norteño con fuerte presencia en el valle de Colima, donde apenas el 13 de este aciago mes de enero, 2022, fue acribillado el comandante de la fuerzas especiales  de reacción, de la policía municipal de Villa de Álvarez, José Luís Acevedo.

Con lo que se demuestra que los objetivos de eliminación, de los cárteles, tienden a suprimir cada vez más elementos de importancia táctica o política, e incluso empresarial,  y no nada más narcomenudistas y otros factores de competencia.

Carlos Ramiro Vargas. All Rigths Reserved. 02. 02. 2022.

From Stockholm, Sweden.      

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