Belisario Romero Sánchez
Observador Político
Cuando el PRI a través de Mario Anguiano Moreno gobernaba Colima, la inseguridad en nuestro estado ya estaba teniendo fuerte presencia por los mismo cárteles y por el control del Puerto de Manzanillo, incluso desde antes, sin embargo, no estaba tan desatada como actualmente. Aunque aún no era tan grave, pero si preocupante, los asesores de quién sería el sucesor de Anguiano Moreno aprovecharon el tema para lucrar políticamente.
Fue entonces que lanzan como candidato a la gubernatura a otro priista, a Nacho Peralta, utilizando la inseguridad como lema de campaña, el de «Vas a vivir feliz y seguro», ya como gobernador, al igual que la actual gobernadora Indira Vizcaíno, se la pasó en viajes de placer y de turismo político, la gente no vivió ni feliz ni segura, sólo fue un lema de campaña y gracias a la inseguridad ganó la gubernatura, porque sus compromisos de campaña se enfocaron a replantear de qué forma traería la felicidad y seguridad de los colimenses, todos le creyeron y votaron por él.
Por eso lo que está pasando actualmente en Colima no es nada nuevo, Indira Vizcaíno conocía el tema, conocía el nivel de violencia a lo que se enfrentaría porque fue parte del pasado gobierno priista, tácitamente se involucró, escuchó, su grado de responsabilidad como funcionaria de primer nivel la relacionó y conoció el ambiente delictivo que se vive en nuestro estado, posiblemente no le dio tanta importancia porque en ese momento era cola de león, pero de que conoció ese ambiente, claro que lo hizo.
Si en ese momento Indira como titular de SEDESCOL( Secretaría de Desarrollo Social en Colima) no tenía proyectado impulsarse como candidata a gobernadora, el tema de la inseguridad lo obvió porque consideró que quién debía dar la cara era el mismo gobernador del Estado, su jefe, Ignacio Peralta Sánchez. Cuando le toca ahora estar del otro lado, ser cabeza de ratón; ya candidata a gobernadora por MORENA al igual que su ex patrón Ignacio Peralta, su equipo de asesores y mercadólogos como vieron que la inseguridad da gubernaturas, usaron la misma estrategia: la mayor parte de la campaña fue para hablar de la inseguridad, para engañar nuevamente a los colimenses que ahora sí se lograría esa tan ahnelada e inalcanzable paz y seguridad en nuestro estado.
Incluso posteó en plena campaña palabras más, palabras menos, el 21 de abril del 2021, dijo: «Tristemente Colima se encuentra dentro de las primeras ciudades más violentas del mundo, porque ha sido gobernada con irresponsabilidad e insensibilidad; pero los malos gobiernos ya se van y pronto comenzará el cambio verdadero #VotaTodoMorena « (hace unos días le recordaron se post en redes sociales de manera sarcastica, por la inseguridad en nuestro estado). Aunque a estas alturas los colimenses ya hartos de tantas mentiras y decepciones, reflexionan que estaban mejor con el que estaban peor, es decir, con Nacho Peralta, a ese grado llega la molestia y des-calificación de su desempeño contra quien gobierna Colima actualmente, con la gobernadora cuatroteísta, la gobernadora que transformará nuestra Colima.
Con sus mismas palabras plasmadas en el pasado cuando era candidata y ahora que es gobernadora nos imprime esa lectura de que la gobernadora contrató a los mismos asesores de Nacho Peralta, porque exactamente está haciendo lo mismo, una gobernadora ausente, viajera, que utilizó la inseguridad para ganar la gubernatura, por eso sospecho que no la combatirán porque seguirá dando gubernaturas, le dará triunfo a quien en campaña siga usando el tema, el dolor, las muertes, la sangre, para lograr su propósito y llegar a la gubernatura.
Para la perversidad política no le es conveniente resolver el tema de la inseguridad, si no entonces no tendrán qué prometer en campaña y se auguran una derrota electoral. La inseguridad es una estafeta política que se estará pasando de mano en mano de cuanto gobernador tengamos por ser botín electoral, hasta que no llegue alguien que en realidad le ponga un alto. Es cuanto.
BAJO LA LUPA
A Indira le ha salido el tiro por la culata: cuando era la súper delegada de los programas federales, le llevaba sus datos a su presidente y patrón, Andres Manuel López Obrador de que la inseguridad en Colima estaba desbordada, pero nadie hacía nada con tal de hacer quedar mal al PRI y a Nacho Peralta ante la vox populi.
En el pasado sexenio priista, la inseguridad fue un respiro para la oposición para ganar votos y lo lograron, en contubernio el mismo presidente de la república y la entonces súper delegada, lo que hacían era alegrarse y contar los muertos. Sin embargo, como la violencia no tiene colores, sino aliados, antes contaban los muertos, ahora les toca contarlos y recogerlos. Sigan de llevados y al rato ya no llorarán en casa ajena, si no hasta en la propia, con la delincuencia no se juega, ellos no andan de llevados, ¡ a poco ni viendo le atinan!. Tres meses 2022, suman ya 188 muertos en nuestra Colima a donde ha llegado la transformación en conjunto con la ola de violencia y ejecuciones, que en este gobierno si son el pan nuestro de cada día. Eeeees cuanto.
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