Opinión

Morena en Colima, la gran Traición

Carlos Ramiro Vargas

A menos de seis meses de haber asumido una mayoría envidiable en el Congreso estatal, los diputados locales, pero también los federales y los senadores/as, de la Coalición Juntos Haremos Historia, pertenecientes al estado de Colima, son, junto con la dirección morenista estatal encabezada por Sergio Jiménez Bojado, más la coordinadora de programas federales en la entidad, Indira Vizcaíno Silva, la gran decepción política y de toda esperanza de renovación del caduco orden social e institucional colimense.

Pues por estos lados la famosa cuarta transformación promovida por Andrés Manuel López Obrador, se ha convertido en una parodia grotesca en la que todo sigue igual en la región, y los verdaderos y muy agudos problemas de abuso de poder, corrupción e impunidad nunca vistas, aquí en Colima, no son ni siquiera tematizados por los diputados de Morena y el PT estatales.

Ya no se diga por Indira Vizcaíno, representante de AMLO en Colima, que como todos los demás, sólo repiten como pericos lo que dice y señala el presidente de México, pero adoptando una cínica postura de acomodamiento respecto a los grupos de interés más nefastos del estado, incluyendo al gobernador Ignacio Peralta, del PRI, y sin agregar contenidos locales a las propuestas de renovación profunda de México, sea en el problema de la inseguridad, la lenta economía y la escasa generación de empleos, el cada vez más preocupante asunto de las pensiones de los trabajadores al servicio del gobierno colimote, y los maestros/as de la sección 39 del SNTE, la crisis de la educación incluyendo a la Universidad de Colima, la cuestión migrante o los graves problemas ecológicos que nos asolan, entre otros.

Morena Colima entonces, se ha convertido en un grupo cerrado de intereses y decisiones que no toman ni siquiera los diputados locales,-como se vio con la renuncia de tres diputadas morenistas que ahora ya no quiere recibir de regreso el déspota Vladimir Parra, responsable de la comisión política del Congreso local, ni la dirección partidaria morenista, -que por cierto, ya se debería de haber renovado desde fines del 2018-, grupo bajo el control de la familia de César Yáñez, con su hermana, la diputada federal, Claudia Yáñez al frente, así como de Mario Delgado Carrillo, coordinador de los legisladores federales en el Congreso de la Nación.

Grupo más próximo a convertirse en una nueva oligarquía política, de la que queda excluido el pueblo colimense, que en masa voto por los candidatos de la Coalición Morena/PT/PES, y cuya mayoría lograron las curules que ahora detentan precisamente por el empuje popular para el cambio generado por Andrés Manuel, y hoy, así le pagan, excluyendo, a una ciudadanía que todos los días percibe atónita los errores mayúsculos y el ridículo, de la mayoría lopezobradorista que peleándose entre ellos, además de no disminuirse el sueldo a la mitad como prometieron en campaña, empezando por el farsante seudo líder de la fracción, Vladimir Parra, que junto con los otros 15 diputados de su Coalición,  de 25 en total, continúan cobrando mensualmente unos 200 mil pesos mensuales, más aguinaldos y servicios fuera del alcance de la población quienes están acabando con la enorme legitimidad de una mayoría de diputados morenistas dilapidada en sus mediocres  y miserables ambiciones, e incongruencias.

Y como se ve, no hay la menor correlación entre costo y beneficio de estos convenencieros diputados/as, y lo que le están aportando a Colima.

Producto de sus conflictos, la Coalición morenista terminó entregando la comisión de Hacienda en el Congreso, primero a un panista y luego, a Julio Anguiano, priísta cercano al muy cuestionado y último ex gobernador colimote, su tío, Mario Anguiano Moreno.

Y si bien, en su soberbia y despotismo, Sergio Jiménez, presidente de Morena estatal, al igual que diputados locales, federales y senadores, morenistas, hacen caso omiso de propuestas valiosas provenientes de la ciudadanía o de su propia base electoral y off course, de su valioso y despreciado entorno ciudadano; la triste verdad es que desde la campaña electoral del 2018, Morena Colima carece de una política propia y unificada de comunicación.

Dado que hasta la fecha no tiene un órgano propio, como lo es Regeneración a nivel nacional, debido a la aguda división existente entre sus tres tendencias, la combativa y marginada por la dirección estatal, encabezada por Paty Peregrina y el abogado Torrejón,  la  personal, de Indira Vizcaíno Silva al servicio de Mario Delgado Carrillo, -que sólo por sus intereses y los del actual des/gobernador de Colima vela-, y la oficial, representada por Sergio Bojado, Vladimir Parra y Claudia Yáñez, que han preferido publicar en exclusividad sus opiniones, en el periódico más corrupto y enemigo de Andrés Manuel y del pueblo que hay en nuestra entidad, como es el Diario de Colima, desconociendo que con ello legitiman al Arquetipo del periodismo sicario hoy generalizado en la entidad, gracias al gobernador Peralta y su siniestro secretario de Gobierno, el porro profesional ex echeverrista, Arnoldo Ochoa González, por medio de su coordinación de comunicación, encargado de hacer pagos mensuales millonarios al Diario de Colima y demás prensa vendida, el porrillo de las redes sociales de contenidos estatales, Fernando Cruz, apoyado en todo por su fiel escudero, Alberto Ramos Zaragoza.

Pues nunca en la historia de Colima habíamos padecido tanta violencia e impunidad, y nunca habíamos tenido una prensa tan vil y corrupta, pública y privada, exceptuando al Observatorio Colimense, a Avanzada Diario, al periodista  Eduardo Calderón López.

Lo inaceptable es que esto no es un problema serio para los morenistas colimensos, lo inaceptable es que publiquen en exclusividad en el medio referido, destruyendo toda posibilidad de construir un órgano periodístico propio, que proyecte toda la riqueza e imaginación política de la ciudadanía que hemos apoyado a AMLO durante lustros.

“Es que Héctor Sánchez me pide exclusividad”, me expresó el presidente estatal de Morena, Sergio Bojado, hoy secundado por el tal Parra.

Claudia Yáñez, por su parte, desde la campaña electoral del año anterior, se agandalló para su muy pobre campaña al único técnico que tenía Morena para editar en redes sociales e internet, bajo la complacencia idiota de Sergio Jimémez Bojado.

Respecto a la violencia nunca padecida en Colima, y sobre la cual ni Vladimir Parra junto con todos los diputados locales, más Bojado, -quienes bloquearon mi participación en el debate nacional al respecto-, o la senadora Griselda Valencia,  Claudia Yáñez, etcétera, tienen una posición propia. Violencia que el actual mandatario local prometió como tema central, erradicar, durante su campaña electorera en el 2015; aunque esta ha crecido geométricamente rebasando con mucho a los gobiernos previos de Silverio Cavazos, qepd, y Mario Anguiano, por lo cual, Ignacio Peralta Sánchez, en su calidad de gobernador del estado debe ser enjuiciado políticamente y echado del poder como lo merece.

Para ser reemplazado por un interino de integridad reconocida, y llamar a elecciones anticipadas para gobernador.

Pero este objetivo central, no se encuentra entre las prioridades de quienes están haciendo un negocio desde Morena Colima con las necesidades y problemas más apremiantes de los colimenses, incluyendo la necesidad de líderes congruentes.

Más la renovación profunda del Instituto Electoral y el Tribunal Electoral, estatales.

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS, CARLOS RAMIRO VARGAS.

13 DE FEBRERO, 2019.

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