Carlos Ramiro Vargas
Las fallidas elecciones internas celebradas el 20 de octubre de este año que agoniza, en Colima capital y el puerto de Manzanillo, para que el partido Morena estatal seleccionara a sus delgados rumbo a la Asamblea Nacional mediante la cual serán electos los Consejeros de todo el país, como el propio dirigente nacional, fueron precedidas el 13 del mismo mes, por desastrosas asambleas estatales organizadas en ocho entidades de la República, como son Jalisco, Aguascalientes, SLP, Guanajuato, Querétaro, Coahuila, Nuevo León y Zacatecas, donde hubo un conjunto de irregularidades desastrosas que incluyeron violencia física, robo de urnas, de computadoras con el padrón de militantes, hostigamiento e inducción del voto, y hasta disparos con heridos de bala, 9.mm, de por medio, como ocurrió en el vecino estado de Jalisco, sin olvidar rasuramiento de los padrones de electores, y exclusión de la inmensa mayoría de militantes y simpatizantes de Morena en los ocho estados mencionados.
Este último factor fue determinante en el estado de Colima, y quedó totalmente evidenciado con el enfrentamiento verbal que se suscitó en el auditorio del complejo Allegra en Colima, Capital, entre Sergio Jiménez Bojado, -presidente estatal figurativo-, de Morena, Colima, contra el diputado local, Vladimir Parra, -presidente del Consejo estatal del partido y “líder” de los diputados de su bancada en el Congreso-, quien ante el reclamo vociferante de Bojado afirmando a media Asamblea que no existía quorum para su realización, Parra a grito pelado respondía que sí lo había, el quorum, puesto que en el estrado estaban 500 militantes de Morena; cantidad ridícula dados los miles de simpatizantes y adherentes de Morena que además de darles un triunfo inmerecido a tales diputados incluyendo a los dos traidores del PT, con el voto masivo, fuimos y hemos sido excluidos de nuestra participación en la toma de decisiones del partido Morena, desde hace justo un año en el que Morena con López Obrador arrasaba en la elección presidencial.
En el caso de Manzanillo, hubo hasta enfrentamientos físicos entre los mismos miembros de Morena, en los que se vieron inmiscuidos empleados de Indira Vizcaíno Silva, -la coordinadora de programas federales en Colima-, trenzándose a golpes con los miembros de la otra facción morenista en pugna, perteneciente al grupo de Jiménez Bojado.
El resultado final fue que a menos de una semana de tan vergonzosos acontecimientos, Morena nacional, como ocurrió antes en los ocho estados referidos, diera por ilegales tales asambleas celebradas en el estado de Colima. Estos inaceptables hechos a pesar de lo que diga Vladimir Parra o sus adversarios, muestran ante la ciudadanía colimense el alto grado de descomposición política y moral, que prevalece ya en este partido dizque de la esperanza, -a un año del triunfo del verano del 2018-, Asamblea donde la compra de votos de los delegados fue masiva por parte de Indira Vizcaíno Silva, apoyada por Vladimir Parra, y el propio gobernador priísta, Ignacio Peralta de Sánchez de la Madrid, sobre todo en Colima capital, donde ya tenían seleccionados consejeros de a modo con la pretensión absurda de la ex perredista Indira Vizcaíno de ser la candidata de Morena para la gubernatura, en el 2021.
La Anulación de tales Asambleas fue entonces una sabia decisión de los dirigentes federales de Morena, con la intención de sanear el entorno morenista y llegar unidos a la Asamblea Nacional a fines de noviembre, 2019.
Situación imposible de realizar dada la confrontación abierta suscitada ya, entre la diputada federal, morenista, Claudia Yáñez Centeno, y la ex colaboradora en desarrollo social del gobernador priísta Peralta Sánchez; quien acusa a Vizcaíno Silva ante el mismo Congreso de la Unión, de corrupción y graves daños financieros al municipio de Cuauhtémoc, donde Indira ex alcaldesa desvió del 2015 al 2018, 120 millones de pesos a favor del grupo empresarial e inmobiliario Altozano/Brun. Así como por el uso faccioso de los programas y recursos federales que la Vizcaíno usufructúa como si propios fueran, al distribuirlos entre la población y así, hacerse campaña ilegal e ilegítima en pos de la gubernatura del 2021, con la compra vil de voluntades y la construcción de un clientelismo político al peor estilo del putrefacto PRI.
El fracaso rotundo de tales Asambleas, donde la violencia irrumpió sin atenuantes entre los mismos morenistas colimotes, evidencian el atraso político y la barbarie cultural, así como la total ausencia de una dirección político/patidaria firme y clarividente, en el seno de Morena estatal.
En un año sólo, estamos atestiguando la decadencia total, política y moral de los diputados locales y dirigentes morenistas de pacotilla, incluidos alcaldes y regidores, quienes no tocan ni con el pétalo de un nopal al des gobernador Peralta Sánchez y a su podrido gabinete, responsable máximo de la impune violencia y la galopante corrupción que padecemos los atribulados habitantes de esta Finisterre, triste tierra yerma a la que no llegó nunca, ninguna cuarta transformación…
Todos los Derechos Reservados. Colima Capital, a 15 de noviembre, 2019.
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