Carlos Ramiro Vargas
Con la irrupción estruendosa de millones de mujeres mexicanas durante las marchas feministas del 8 de marzo previo, donde Colima no fue la excepción, todos los partidos políticos colimensos se proclaman defensores de los derechos universales de la mujer, así como en contra de la violencia e impunidad que diariamente sufren, la cual se traduce en un promedio de 10 mujeres asesinadas, diariamente, en este país infernal, que también arroja cifras de 45 mil niños/as desaparecidos y casi 35 mil ejecutados, la mayoría hombres, sólo en el primer año de gobierno de Morena en la Presidencia de esta malograda Nación.
Pero la realidad y los hechos de todos los partidos políticos en nuestro estado, nos demuestra todo lo contrario; pues hace menos de ocho meses, alrededor del 10 de julio del 2019, el flamante alcalde de Armería, el morenista, Salvador Bueno Arceo, en un arrebato de furia machista arremetió contra su señora esposa golpeándola en el rostro con la cacha de una pistola .38 súper, -de uso exclusivo del ejército mexicano-, dejándola como santo Cristo. La señora en consecuencia, delató públicamente y ante las instancias jurídicas correspondientes, tan abominable y muy cobarde agresión, para después retraerse días después, sin que todo el peso de la ley hubiera caído encima de semejante engendro morenista.
Ante dicha y grotesca situación, el analfabestia funcional, y presidente de Morena estatal, el ex golpeador de la pri/oprobiosa federación de estudiantes colimenses, FEC, Sergio Jiménez Bojado, el actual y labioso diputado local, además de dizque presidente del Consejo Estatal de Morena, Vladimir Parra, -cara de besucona malparida-, más los otros 13 legisladores y diputadas estatales de Morena y PT, como Claudia Aguirre o Blanca Livier Rodríguez,
no se pronunciaron al respecto. No fueron capaces de exigir ipso facto, la renuncia de este tipejo de presidente municipal, sólo por retorcidos cálculos políticos en función de las elecciones locales del 2021, y por ser protegido de la absolutamente inútil Senadora, Gris/Elda Valencia de la Mora.
Pero de la innombrable agresión ya mencionada, ninguno de los diputados federales morenistas, más visibles, como Claudia Yáñez Centeno, hermana de César Yáñez, -Coordinador General de Política y Gobierno, de AMLO-, o la inmerecida Coordinadora de los Programas Sociales del Gobierno Federal, para Colima, Indira Vizcaíno Rodríguez, hicieron nada para castigar al edil Bueno Arceo, situación que hace totalmente visible que están en lo suyo, es decir, buscando posiciones electoreras para julio del 2021, en el que se pondrán en juego alcaldías, diputaciones y la misma gubernatura de nuestra entidad.
A los demás partidos ni mencionarlos, sean el PRI, el PAN, el MC, dizque Movimiento Ciudadano, que se quedaron sin realizar ninguna acción, ni siquiera penal contra el abominable golpeador de su indefensa esposa. No sobra decir, que todos los mencionados, jamás han participado en algún movimiento social relevante, son producto de componendas dentro del juego de fuerzas de Morena, principalmente entre la nefasta facción perredista infiltrada en el grupo de Indira Vizcaíno, y los morenistas pertenecientes al grupo de César Yáñez Centeno.
La misma Claudia Yáñez, diputada federal por Manzanillo y la costa colimense, jamás participó en las grandes movilizaciones ciudadanas de los años 90 y posteriores, contra los pri/porros secuestradores de la Universidad de Colima y su máximo cacique hasta la actualidad, el ex gobernador y ex “rector”, Fernando Moreno Peña.
Tampoco Indira Vizcaíno, ni los diez diputados/as de Morena, incluyendo a Vladimir Parra o a Carlos Farías del PT, se han enfrentado directamente a la tiranía priísta que en 80 años no ha soltado la gubernatura colimota. A base por supuesto
de represión, uso faccioso y electorero de las estructuras de Poder gubernamental, priístas y masiva compra de votos.
De los alcaldes de Morena, Elías Lozano, por Tecomán, o Griselda Martínez, por Manzanillo, pudimos observar el mismo Silencio. Todos sin excepción, producto no de sus cualidades y arraigo entre la población, sino de la inmensa ola generada por López Obrador en las elecciones de julio del 2018, en el que el actual Presidente de México, llamó al voto masivo por todos los candidatos de Morena, a nivel nacional.
Hasta la fecha, y muy orondo, el alcalde armeritense, Salvador Bueno, sigue al frente del Ayuntamiento como si nada hubiese sucedido.
La misma actitud cobarde e incongruente, de todos los mencionados, de la totalidad de Morena Colima, se ha manifestado respecto al asesinato del jovencito de nombre Josué, salvajemente violado y asesinado en una fiesta del gabinete peraltista hace justo un año, en aquella tenebrosa mansión de su ex secretario de Turismo, hoy fugado, y protegido directamente por Ignacio Peralta, gobernador, -situación que lo hace cómplice de semejante crimen-, así como a todos los dirigentes de Morena Colima, mencionados. Callados y en plena promiscuidad política y personal, con el segundo peor gobernador de todo México.
Estos hechos demuestran la total ausencia de dirección política en función de las mayorías, colimenses, por parte de Morena.
Lo cual se evidenció en la muy hermosa marcha de seis mil mujeres colimenses, el pasado 8 de marzo, donde no se exigió la renuncia de este asco de gobernador prianista, y su gabinete entero, responsable por inepto, de los siete mil asesinados en nuestra entidad desde el 2016, año en que asumió la gubernatura; o de los cientos y nunca vistos feminicidios, cuando su principal promesa de campaña fue acabar con la nunca vista irrupción de violencia e impunidad en territorio colimense…
Carlos Ramiro Vargas. Todos los Derechos Reservados.
Stockholm. Sweden. 10 de marzo, 2020.
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