Opinión

PRIMORES

TAREA POLÍTICA
José Luís Santana Ochoa

La santa alianza entre los partidos Revolucionario y Acción Nacional duró treinta años: cinco sexenios presidenciales, tres de ellos para el primero y dos para el segundo. Gracias a este arrejuntamiento de tan larga duración, la “mafia en el poder” instauró en México el Neoliberalismo Económico, inauguró la alternancia en la presidencia de la República y propició que accedieran a numerosas gubernaturas estatales cuadros vestidos con los colores blanquiazules y las siglas Acción Nacional, en su gran mayoría, y algunos otros de negro-amarillo y el logo PRD.

Hay que recordar que la cúpula panista en su momento se quejó amargamente de que el gobierno del ex presidente Carlos Salinas de Gortari le plagió su proyecto de gobierno sin pagarle derechos de autor. Las políticas públicas, planes, proyectos y programas salinistas, acusaron, fueron originalmente concebidos por mentes panistas. De este tamaño era el convencimiento de los panistas de que compartían con los priistas la misma misión que tuvo uno de sus grandes logros en la suscripción del Tratado de Libre Comercio México/Canadá/Estados Unidos.

En otro gran momento del arrejuntamiento PRIAN que al final del sexenio peña-nietista los llevó al divorcio político, lo marcaron las llamadas reformas estructurales para cuya aprobación en las cámaras hicieron trio con el Partido de la Revolución Democrática en lo que bautizaron como “Pacto por México”. Fueron once de ellas las que se implementaron en los primeros 20 meses del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, pero como en la canción de los diez perritos, ya empezaron a bailar la suavecita con la llegada del moreno Andrés Manuel López Obrador. La educativa ya chupó faros, y siguen bastos.

Como los objetivos planteados por el proyecto de reformas estructurales de elevar la productividad del país para impulsar el crecimiento económico, fortalecer y ampliar los derechos de los mexicanos y afianzar el régimen democrático y de libertades, nunca se concretaron, y en cambio se desató la corrupción como nunca antes en las historia de los gobiernos carranclanes de México, los electores cogieron como al tigre de Santa Julia al trio PRI/PAN/PRI y a sus candidatos el domingo 01/07/2018 dejándolos pal’ arrastre.

La paliza que Andrés Manuel López Obrador les propinó a priistas/verde ecologistas y panistas/perredistas por igual, terminó la relación PRIAN de tres décadas dando paso a un nuevo matrimonio por conveniencia entre la ricachona MORENA y el caído en pobreza extrema política PRI, dando lugar al PRIMOR que en el Poder Legislativo Federal sacó avante la creación de la Guardia Nacional, en Puebla la gubernatura interina y en Colima la elección del tercer presidente de la Comisión de Gobierno Interno y Puntos Constitucionales del Congreso del Estado.

Padrinos de la pareja PRIMOR en Colima son el Diputado Federal de Morena, Mario Delgado Carrillo; la “jefa del gobierno de Andrés Manuel López Obrador en el Estado”, Indira Vizcaíno Silva; el gobernador José Ignacio Peralta, el exgobernador Mario Anguiano Moreno y el diputado local priista Rogelio Humberto Rueda Sánchez. Quizá porque no fueron invitados a la boda hay políticos de todos colores y sabores que protestan por la que califican non santa unión, pero les guste o no les guste, les cuadre o no les cuadre, “PRIMOR suena mejor que PRIAN”, tanto por fonética como porque priistas y morenistas provienen del mismo tronco. Los primeros, según Doña Yeidckol Polevnsky, han mostrado mayor apertura que los panistas para “dialogar en favor de México”, y de Colima, habría que agregar.

EL ACABO

*Para el moreno senador Cristóbal Arias Solís, “el PRI es un partido con el que podemos sacar acuerdos, donde hay experiencia de gobierno. No descalifica todo, como lo hace el PAN”.

*Denisse Dresser opina que “En la Cuarta Colocación, el PRI será el partido muleta de Morena, así como lo fue el Verde para el tricolor. Le dará los votos que necesita para aprobar reformas constitucionales, vendiendo caro su amor”, como la aventurera de Agustín Lara.

*Como José Ignacio Peralta se rebajó el sueldo en un 50%, ya gobierna nada más en la mitad del territorio colimense. Media paga, media carga de trabajo.

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