Primera Parte.
Carlos Ramiro Vargas
A un año de haber vencido en las elecciones del 2018, el alcalde de la capital de nuestro estado, no ha hecho nada relevante por el municipio de Colima, antes por el contrario, pues la mayoría de calles y avenidas se encuentran repletas de baches y arrugas que junto con la exageración de topes y semáforos, más la ausencia de puentes peatonales generalizada, hacen de la ciudad de Colima, una de las más lentas y peores urbes de todo México; con un transporte “público” realmente de los peores en todo América Latina, eso sí, en manos de políticos y porros udeceítas del pri y de su sucursal, la Universidad de Colima, secuestrada desde 1974, -dueños de decenas de taxis y de todos los camiones urbanos al servicio para la población-, por lo que al no haber mejoría al respecto entre el alcalde previo, el panista Héctor Inzúa, y el actual, la situación es cada vez más decadente y con mayores consecuencias ecológicas para la ciudad capital, dado que los vehículos automotores se ven obligados a parar y a arrancar continuamente, propiciando el envenenamiento de un entorno urbano cada vez más contaminado. Y si en lo que se refiere a la movilidad urbana la situación se mantiene en pésimas condiciones, en ecología municipal, el gobierno de Leoncio Morán no ofrece ninguna alternativa de mejoría y mayor cultura verde entre los habitantes. No hay nada serio en este vital rubro, y la ciudad y sus ríos aparece realmente desaseada, pues el Ayuntamiento no limpia, barre o riega como se debe, incluso en áreas donde determinadas universidades privadas, la mayoría patito, -pues se dedican básicamente a expender títulos-, cuentan con un buen número de estudiantes y ubicadas en confluencias urbanas muy transitadas.
No hay pues política ecológica consistente, como tampoco existe una política cultural creativa y que supere lo hecho por los anteriores ediles, pues Leoncio Morán y su equipo, -compuesto por puro renegado del partido derechista Acción Nacional-, no invierten más del tres por ciento de todo el presupuesto del Ayuntamiento en Cultura, descontando los salarios de los burócratas abocados a esta materia, y en el colmo del cinismo, el alcalde Morán y su sequito, se apropiaron del “Festival del Volcán” gestionado por Inzúa en el 2016 ante el gobierno federal, quien es el ente que lo financia-, después de que estuvieron criticándolo acremente en el periodo electoral, apoyándose en la caterva de comerciantes retrógrados que se consideran propietarios del centro histórico de nuestra ciudad capital, y que enervados por el diariodecolima, y su campaña de sucias calumnias contra el ex alcalde anterior, -el periódico más corrupto de todas las Américas-, fueron, junto con Leoncio Morán, los principales denostadores del Festival con el argumento de que los eventos culturales “duraban hasta después de media noche”. Pero ahora con Morán Sánchez en el poder municipal, vuelven a re editar dicho Festival, con los mismos comerciantes retrógrados que se oponen a la prohibición de tránsito vehicular en el centro histórico, contribuyendo a una mayor polución en la ciudad capital.
Y al respecto del Festival del Volcán, llevado a cabo hace dos meses, vale apuntar que las 500 hectáreas quemadas a propósito por los aguacateros en las colindancias del volcán de Fuego con el Nevado, no le valieron al alcalde Leoncio Morán, ni siquiera unas palabras. Cuando al estado de Colima le debe competir todo los ocurrido en los dos volcanes de territorio compartido con el estado de Jalisco, cuyo gobernador egresado del partido Movimiento Ciudadano, MC, al igual que Morán, no hizo nada serio por resolver la desmedida tala de árboles y bosques únicos en el país, y cuyo Ecocidio mayúsculo está teniendo ya influencias perjudiciales en el norte de Colima así como en la auto regulación del clima y periodo de lluvias en todo el valle de Colima, pues en este 2019 ha llovido sólo la tercera parte de los años previos, por ejemplo, sufriendo calores nunca vistos en el mismo municipio capitalino.
Todo ello ha transcurrido en un periodo en el que el estado de Colima y sus diez ayuntamientos, sufren la peor crisis de violencia generalizada, feminicidios y atrocidades nunca vistas, con los municipios de Tecomán, Manzanillo, Villa de Álvarez y el mismo Colima, encabezando semejante explosión delincuencial. Ante ello, siendo Colima la capital del estado, -por lo que merece vigilancia especial del gobierno estatal y federal-, el presidente municipal, sin oposición de ningún tipo en el Cabildo, donde los regidores de Morena y el mismo partido Morena, que no aportan absolutamente nada, aprobaron la iniciativa de crear una policía municipal compuesta de no más de cien elementos para una población de 200 mil habitantes, con un miserable presupuesto base de 13 millones de pesos. Dicha policía tiene además la función de ser la vigilante del tránsito vehicular municipal. En tales circunstancias, la decisión no fue acertada, pues existen prioridades de infraestructura urbana de todo tipo, urgentes de resolver en el municipio, principalmente en los suburbios capitalinos donde vive la mayor parte de nuestra población, y en colonias donde falta iluminación adecuada, guarniciones y banquetas bien hechas, centros culturales, de salud, y de vigilancia.
Ante tanta necesidad sobre todo al oriente de Colima capital, y sin contar las zonas rurales del municipio altamente infiltradas por la delincuencia, fue una necedad de Leoncio Morán, alcalde, la constitución de una policía municipal, que está saliendo más represora y abusiva que lo peor de la policía estatal, que ya es mucho decir.
Y sin ningún diagnóstico ni balance de lo experimentado en Colima, con el fracaso total de las nueve policías municipales para detener este Tsunami de violencia y criminalidad, pero tampoco con una visión metropolitana de lo que debe ser una policía moderna y actualizada, fue aprobado este nuevo engendro que no hace mayor cosa que abusar de la población.
Los regidores de Morena y su partido y en particular Rafael Briceño Alcaraz, candidato perdedor de Morena a la alcaldía en el verano anterior, 2018, se comportaron como viles borregos sin ideas propias en materia de seguridad pública, y peor aún, cuando a Briceño Alcaraz le tocaba ser el puntal de la oposición al alcalde y a su partido, MC, para foguearse y aprender la doctrina de Morena, -pues siempre fue un sumiso priísta-, ante el MC Colima, -un remedo de extrema derecha del partido Movimiento Ciudadano de Jalisco, que es mucho más progresista-; lo premiaron desde el centro del país haciéndolo director del Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS, en la delegación Colima, cuando Rafael Briceño Alcaraz, de economía de la salud o de administración social de medicina a secas, no sabe nada. Imposición arbitraria a todas luces abusiva e inaceptable en términos éticos, proveniente de la misma presidenta de Morena a nivel nacional, Yeidkol Polenvsky, con lo que Morena Colima como partido perdió toda autoridad moral para cuestionar al PRI, o al podrido PAN, aquí en nuestro estado, en todo lo referente a abuso de poder y corrupción.
Lo cual contraviene totalmente lo predicado por el máximo líder morenista que no es otro que el presidente Andrés Manuel. Quien no sabe cómo los líderes de Morena en Colima, no más de 20 individuos más la nefasta de Indira Vizcaíno Silva, traicionan día a día los principios políticos y morales de no robar, no mentir, no traicionar a la población y no abusar del poder; además de excluir del partido Morena a toda la población simpatizante con AMLO, miles, para hacerse del control substitucionista de la marca Morena, aquí en nuestra entidad, monopolizando dictatorialmente las decisiones de este partido y realizando asquerosas alianzas con uno de los gobernadores más abyectos y corruptos que ha dado la historia colimense, como es, Ignacio Peralta Sánchez de la Madrid y los pri/porros echeverristas que desde 1974 mantienen secuestrada a nuestra alma mater, la cada vez más mediocrizada y corrompida Universidad de Colima…
Todos los Derechos Reservados, Colima, Colima, a 15 de agosto, 2019. México!
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