Opinión

DIPUTADO ESTAFA-RÍAS

Observatorio Político
Belisario Romero Sánchez

Por su bien ganada fama de licenciado en chueco, se sabía que el ex priista consuegro del ex gobernador Mario Anguiano Moreno, Carlos César Farías Ramos, llegaría al Congreso del Estado a estafar, a pegarle con fe y entusiasmo siniguales a su jugoso presupuesto que es el mismo del año anterior.

Tres meses le llevó al defensor de narcos asumir el control de la Oficialía Mayor través de su socio Eligio Aldama Morales. Ahora ya dispone a discreción de los puestos de confianza, de los recursos materiales y partidas presupuestales de gasto corriente, para llenarse los bolsillos de dinero, exactamente como lo vienen haciendo sus compañeros de grupo parlamentario Vladimir “Bla, Bla” Jarra Barragán y Guillermo “El Panelas” Toscano Reyes, par de colaboracionistas a quienes el gobernador José Ignacio Peralta Sánchez y el diputado federal Mario Delgado Carrillo tienen bien avituallados de “cash” para que se den el lujo de andar de faroles de la calle regalando lo que no es suyo sino del pueblo de Colima.

Centavero y tacaño a más no poder, pero también desleal y mala paga, ha resultado el diputado Estafarías que no se digna contestarles el celular a quienes le financiaron su campaña en las zonas populares y rurales del Tercer Distrito Electoral Local en la primavera de 2018, entre ellos un conocido líder del poblado de “La Estancia” que lo mismo le pagó birrias con cerveza y mariachi incluidos que promotores del voto y movilizadores electorales, y que lo anda buscando para al menos mentarle a su progenitora.

Así de desleal, evasivo y convenenciero como es Estafarías, dizque ahora quiere ser nada más ni nada menos que presidente municipal de Colima para el trienio 2021/2024, pasando por alto que su perfil personal y antecedentes como Agente del Ministerio Público Federal, relaciones con malandrines, farsante y mentiroso, no pasan la prueba del añejo de los ciudadanos capitalinos altamente politizados, exigentes con la calidad moral que deben reunir quienes aspiren a servirlos desde la alcaldía de Colima.

Estafarías ganó el domingo 01/07/2018, igual que los otros 14 diputados locales de la “Cuarta Transformación”, gracias al ventarrón que provocó la candidatura de Andrés Manuel López Obrador y que hizo volar hasta los cerotes como fue el caso de Estafarías y su pandilla. Pero como los ingenuos creen que ganaron por su linda cara, ya se ven de nuevo en las boletas electorales para el 2021, puñetas mentales que ojalá vean concretadas para que entonces la gente los ponga en el basurero de la historia política del estado a golpe de votos de rechazo.

Gente como Estafarías y sus compas del PT y de MORENA, más los prófugos que se fueron al PVEM, 15 en total, están donde nunca soñaron llegar por un accidente electoral que nunca jamás se repetirá porque los electores colimenses todos los días constatan que aquellos no valen un cacahuate, y a que así como los eligieron por castigar al PRI, en la próxima los chicotearán porque resultaron peor que los priistas en sus tiempos para ellos dorados. La LIX Legislatura Estatal donde mandan y gobiernan morenos, petistas y pesistas, está resultando diez veces peor que las anteriores.

Por centaveros, tacaños a más no poder, desleales, malas pagas, mandilones, animales rastreros, alimañas, serpientes ponzoñosas, etc., Estafarías y sus secuaces se han ganado a pulso el repudio social, la condena ciudadana a su doble discurso y triple moral. Por cierto, si no les contesta a quienes lo ayudaron a llegar, menos al ciudadano de a pie que cree que por sus abrazos y sonrisitas  le va a cumplir compromisos por ser diputado de la Cuarta

BAJO LA LUPA

*La Oficina de Comunicación Social de la Administración Portuaria Integral de Manzanillo (APIMAN), se ha convertido en una auténtica jaula de las locas donde pulula alrededor de “La Nutria”, como si fuera palmera, un enjambre de mayates.

* El Capitán Héctor Mora Gómez metió a la empresa a su cargo en medio de las pandillas de reporteros garroleros porteños que se disputan hasta con las uñas los chayotes. No se la va a acabar.

*Para salir del berenjenal en que por iniciativa propia se metió al contratar en Comunicación Social a quien nunca jamás debió haber contratado, Mora Gómez deberá reemplazarlo a la brevedad por un auténtico profesional del ramo.

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