Opinión

Griselda, asociada al crimen y la ineptitud

En Manzanillo lo único que se ve organizado es el crimen organizado

JMC.

Javier Montes Camarena *  Locutor y Periodista    <>   www.enlacemanzanillo.com

Déjenme decirles que: La mordida, el cochupo, el diezmo, el cobro de plaza, derecho de piso, el moche, la transa, la ejecución de niñas y niños, el secuestro, el cinismo y, las corrupciones vienen siendo, los eufemismos para señalar las complicidades de la inútil alcaldesa de Manzanillo Griselda Martínez con el crimen organizado. Aunque ella lo niegue.

La brutal incorporación del crimen en el desarrollo de Manzanillo ha venido a dominar la vida de los porteños.

Dicho de otro modo, los recientes suceso criminales en nuestro puerto de personitas de 15 y 16 años, nos deja, una revelación estrujante: La alcaldesa Griselda Martínez no es responsable de nada ni de nadie, situación que sugiere la terrible conclusión que el crimen organizado domina la escena municipal.

La diferencia entre ambas conductas deriva de algo sencillo: Saber si la Griselda Martínez y los mafiosos que operan en el puerto cuentan o no con registro para delinquir en Manzanillo.

Lo cierto es que, en nuestro puerto domina (es triste decirlo) el crimen organizado con o sin registro.

Esa es la pequeña diferencia entre dos iguales.

Los criminales sin registro se juegan la vida en el empeño, los criminales con registro municipal se juegan muy eventualmente el puesto. Vista así la práctica criminal, el moche y, la extorsión, en el fondo de la materia es el mismo.

Suena a desmesura señalar que más de 80 cuicos municipales trabajan para los de enfrente, la revelación es algo preocupante (Griselda Martínez lo sabe) pero, al mismo tiempo, desnuda a una habladora, cínica y burlesca alcaldesa porteña que sabe que sus policías están más machados que un dálmata.

Tan en la entraña del poder municipal está la delincuencia organizada que se ha convertido en una cuestión de turnos.

La Griselda Martínez realizo un periplo por Cuba y Colombia donde hubo de todo, caros hoteles, vinos, alcoholes y caras viandas para ella y su amante Alán Aguirre, hubo excesos, menos trabajo que adecuar para la difícil situación de inseguridad que se da en Manzanillo.

Un viaje para olvidar.

Al llegar a la presidencia municipal del puerto Griselda Martínez en vez de desplegar y, hacer ondear la bandera de la congruencia, la plegó y arrumbó para no desaprovechar su turno frente al botín.

Hoy, en el banquillo de las señaladas, la tal Griselda Martínez quiere desvanecer su asociación delictuosa y, desafanarse de los crímenes de niños, mujeres y hombres, de los robos a casa habitación, asaltos a mano armada, ejecutados y descuartizados, asegurando que, la inseguridad en el puerto es un tema que no le corresponde a ella.

Vaya cinismo.

La descomposición encontró pista donde correr: Manzanillo.

Y es que el momento es, en extremo, sumamente delicado. De entrada, exige la renuncia inmediata de la presidenta municipal de Manzanillo.

De salida, determinar con precisión el margen de maniobra. El momento reclama decisión y sacrificio. Si nada de eso aparece en el horizonte municipal, a la tal Griselda Martínez le queda su cara dura para continuar siendo un peligro y, una nulidad para el puerto.

Tal valoración nos lleva, a la sociedad en su conjunto, a resolver una emergencia que se ha complicado. Griselda Martínez no ha sabido encarar una administración complicada, los asesinatos de tres niños a los que ha acusado inmisericordemente de vendedores de droga para salvarse ella de su ineptitud.

Vaya estupidez, ni la peligrosa situación derivada de contar con más de 80 cuicos que están más que reprobados en el examen de control y confianza, sostenerlos, es complicidad con el hampa y, brindarle, al crimen organizado, una fuerza de fuego.

La suma de errores cometidos en los últimos siete meses y 16 días es más que suficiente. Ya no es tiempo de rectificar, sino, de la capacidad para reconocer errores y limitaciones.

Es la hora de irse doña Griselda Martínez.

No renunciar nos dice que usted, ya no controla ni su esfínter.

Ahí se ven.

ENLACITOS

PRI, ladrones de todo, de los demás y de sí mismos: Los priistas de Colima han perdido todo, decencia, honorabilidad, respeto por ellos mismos, chuecos como un banano.

Con los priistas estamos viendo una lamentable exhibición de la naturaleza real del político rata, sinvergüenza, ladrón, del ser político, de esas personas quienes, en el nombre de la ambición de robar para hacerse millonarios, al corromper y corromperse se pelean el cascajo, insultándose, bocabajeando a su jefe político, llamándose porros, orgullosamente sinvergüenzas por encima de los demás.

Así quieren seguir.

Los priistas de Colima son la condición permanente de la desvergüenza, de la desfachatez, del arte de comer mierda todos los días, no importa si en el proceso alguien se torna en su propio batracio.

Los priistas entre ellos se delatan y entre ellos se investigan. Fabrican y eliminan culpables para evadir responsabilidades.

Unos persiguen a otros, de la complicidad a la animadversión, de la confianza al desprecio como lo dijo rabiosamente el porro universitario Don Fernándone Moreno Peña quien se le fue a la yugular al pésimo y corrupto Gobernador José Ignacio Peralta Sánchez recetándole no sólo una soberana regañada sino una descalificación total.

Hoy los tricolores de Colima están muertos, son cadáveres insepultos que quieren salir del pozo en su ruta de salida, son tan estúpidos que no saben que están muertos, que, en su desprestigio, el electorado ya no quiere saber nada del PRI, ni de ellos.

Nunca jamás el PRI corrupto en Colima.

Estoy en: www.lealtad.com – elobservadornoticias.com –  ipuntocom.mx – lineasdelgadas.com

 

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